jueves, 27 de agosto de 2020

Amor y guerra

 Frase del Día



DW | Documental


El Renacimiento - La época de Miguel Ángel y Leonardo da Vinci 


Educación Virtual

 EL PLAN DE GOOGLE PARA REEMPLAZAR A LAS UNIVERSIDADES Y CREAR UNA EDUCACIÓN HIPERUTILITARIA



GOOGLE QUIERE TAMBIÉN COOPTAR EL MERCADO DE LA EDUCACIÓN


Uno de los temas más interesantes –o preocupantes– en la actualidad es la educación, particularmente la crisis de las universidades. Las universidades, que durante varios siglos fueron el centro de la vida cultural e intelectual de la civilización humana, se han convertido en los últimos años, muy rápidamente, en sólo formadoras de profesionales de la ciencia y la tecnología, abandonado o por lo menos dejando en segundo o tercer plano a las humanidades. Al mismo tiempo, y como parte esencial de este paradigma, las universidades han entrado en una complicada relación con los grandes gigantes de la tecnología, particularmente con Google, consorcio que comenzó por volverse la biblioteca más grande del mundo y que, poco a poco, por medio de otras plataformas y tecnologías, ha alterado la forma en la que nos acercamos al saber y lo que consideramos que es el conocimiento.

A grandes rasgos, lo que vivimos es un cambio de significado en las nociones tanto de conocimiento como del sentido de la universidad. Actualmente, las universidades son sobre todo "negocios" que forman individuos con la finalidad de que éstos encuentren un trabajo. La intención que las anima es más bien utilitaria y ya no un modelo basado en la sabiduría o en una formación integral de los concurrentes en tanto personas pertenecientes a una comunidad y al género humano en sí.

Si la educación se trata solamente de encontrar un buen trabajo al final del curso y una buena educación es la que asegura un buen salario, entonces Google y otras empresas están seguramente mejor equipadas para este servicio que las universidades, pues ellas mismas dominan el área laboral. Además, las universidades son muy caras y seguramente menos efectivas en entrenar a una persona para un trabajo específico. Google tiene todos los datos y la experiencia en este sentido.

Google empezará a ofrecer certificados de carrera (Google Career Certificates) en línea, los cuales tomará como equivalentes de una licenciatura de cuatro años, al menos en cuanto a sus políticas de contratación. Estos cursos costarán una suma económica mucho menor de lo que cuesta no sólo una carrera sino incluso un semestre de universidad, y se podrán completar en seis meses o un poco más. Según el vicepresidente de Asuntos Globales de Google, Kent Walker, la idea es ofrecer programas de fácil acceso orientados a resolver problemas de trabajo.

De esta manera, Google preparará a los jóvenes para, fundamentalmente, convertirse en ingenieros, diseñadores de productos, analistas de datos y project managers, nombres de puestos que suenan más de lo que son y que, por supuesto, cubren un rango sumamente limitado de las actividades humanas, aun cuando dentro de pocos años sean posiblemente sean los únicos empleos disponibles. 

No será raro que Google empiece entonces a formar alianzas con países que quieren ser "distruptivos" (por usar el anglicismo preferido del medio tecnológico) y que conciben que la educación debe estar alineada con la economía, como recientemente ha ocurrido con Australia: el gobierno australiano anunció que las universidades técnicas y científicas costarán menos y las humanidades costarán el doble, en una medida que busca hacer más eficiente la educación, colocando a los estudiantes en áreas donde pueden encontrar trabajo más fácilmente. Si esta tendencia continúa, en los próximos años dedicarse a la literatura, a la filosofía o a la historia será un lujo (aunque Google seguramente contratará a unos cuantos profesionales de dichas áreas para que le ayuden a conceptualizar algunos productos estratégicos).

¿Acaso no está Google de esta manera entrenando a la fuerza laboral del futuro, el músculo destinado a que sus jefes sean las máquinas, los robots y los algoritmos? Personas entrenadas para realizar ciertas funciones menores dentro del sistema, para ser meros engranes en la línea de ensamble de la gran maquinaria del dataísmo y la utopía transhumana del gigante de Mountain View.


Fuente:

https://pijamasurf.com/2020/08/el_plan_de_google_para_reemplazar_a_las_universidades_y_crear_una_educacion_hiperutilitaria/

martes, 25 de agosto de 2020

Mrs. Charles E. Cowman

 

"Encerrados para aquella fé." Gálatas 3:23.)

En los tiempos pasados, Dios puso al hombre bajo protección de la ley para que pudiese aprender el camino excelentísimo de la fé. Porque por medio de la ley, él vería su completa impotencia; entonces se alegraría en aprender el camino de fé de Dios.

Dios aún nos encierra para que aprendamos fé. Nuestra naturaleza, nuestras circunstancias, pruebas y desilusiones, todas sirven para encerrarnos y tenernos en custodia, hasta que veamos que el único camino de escape, es el camino de fé de Dios. Moises trato de obtener la libertad de su pueblo por medio de sus esfuerzos y aún por la violencia. Dios tuvo que encerrarlo durante cuarenta años en el desierto antes de estar preparado para llevar a cabo el trabajo de Dios. Dios mandó a Pablo y Silas que predicasen el Evangelio en Europa. Cuando desembarcaron se dirigieron al país de los Filipenses. Fueron azotados, encarcelados y sus pies fueron encadenados.

Fueron encerrados para la fé. Confiaron en Dios, cantaron alabanzas a El en las horas más difíciles, y Dios los rescató y salvó. 

Juan estuvo desterrado en la isla de Patmos. Fué encerrado para la fé. Si no hubiese sido encerrado, jamás hubiese visto visiones tan gloriosas de Dios.

Querido lector, ¿Té encuentras en alguna gran aflicción? ¿Has recibido alguna desilusión? ¿Has atravesado por alguna aflicción o alguna gran perdida inexplicable? ¿Estás en algún sitio difícil?  ¡Animo!  Estás encerrado para la fé. No interpretes malamente tus dificultades. Somételas a Dios. Pide a El que haga que "todas las cosas contribuyan juntamente para el bien" y que "Dios obre para aquel, que espera a El." Habrá bendiciones, ayuda y revelaciones de Dios que vendran a tí, las cuales no hubieses recibido de otra manera. Y no solamente tú, sino muchos otros también recibirán una gran luz y bendición por haber estado tú encerrado para la fé. - C.H.P.

"Cuando los hombres y las montañas se encuentran se hacen muchas cosas, las cuales no pueden hacerse empujándose en la calle."


domingo, 23 de agosto de 2020

2da guerra mundial

 Antony Beevor: "Los británicos sienten una auténtica fascinación por el fracaso"

«Los aliados mataron a más civiles franceses que los alemanes», asegura el reconocido historiador británico.

El controvertido experto reescribe la Segunda Guerra Mundial en su nuevo libro, el exitoso La batalla de los puentes. "Montgomery padecía de asperger controlado", asegura en esta entrevista.

Un desnortado, arrogante y eufórico Bernard Law Montgomery (Monty) propició con la fallida operación Market Garde la última victoria de Adolf Hitler durante la II Guerra Mundial, certifica el historiador británico Antony Beevor, crítico sin concesiones con su compatriota, un mariscal pedante e insoportable, curiosamente todavía adorado en el Reino Unido. Exultante con el éxito de su flamante libro, La batalla por los puentes, Beevor expuso en la Fundación Areces sus conclusiones sobre los principales episodios bélicos de la contienda a partir de un estudio exhaustivo de archivos militares y diarios de soldados y civiles. «Han sido mis mejores referencias bibliográficas», declara a Epipress este controvertido investigador, quien subraya que los británicos siempre han sentido fascinación por el fracaso.

Señor Beevor. ¿Por qué la operación Market Garden, planeada por el mariscal británico Montgomery, facilitó el último triunfo militar a Hitler?

Ese éxito fue un acicate para que Hitler lanzara su contraataque en diciembre de 1944. El problema fue que el general Montgomery, a finales de agosto de 1944, como el resto de los aliados, sufrió un ataque de euforia. La euforia de Monty dio el último triunfo a Hitler. Pensaron que el ejército alemán se estaba desintegrando al ver que unos oficiales de la Wehrmacht habían intentado matar al führer el 20 de julio. Pero el fracaso de ese intento de asesinato demostró que Hitler, las SS y los nazis tenían al ejército bajo su control.

Es que se trataba de llegar cuanto antes a la zona más industrializada de Alemania tomando los principales puentes holandeses y echar a los nazis del Rin cuando los alemanes estaban ya muy debilitados.

Estaban debilitados por la derrota de Normandía. El plan de Montgomery era muy malo y en su arrogancia no quiso escuchar las órdenes de Eisenhower ni las recomendaciones que le llegaban de Londres de discutir cualquier ataque aéreo y ejecutarlo con las fuerzas aéreas norteamericanas. La operación estuvo mal calculada. El general Browning debió hablar con Montgomery para obligarle a reelaborar todo el plan pero no dijo nada.

¿Era un suicidio pretender tomar el puente de Arnhem, objetivo clave del plan, con los paracaidistas que recibirían el apoyo de las fuerzas mecanizadas para cruzar el Rin sin tener en cuenta una respuesta a la desesperada del ejército alemán?

Sí. Los británicos infravaloraron la capacidad de los alemanes y su habilidad para reunir fuerzas hasta donde no las había. El general polaco Sosabowski siempre avisaba de que los alemanes no estaban tan acabados como creían los aliados.

Era el puente lejano de la película basada en el libro de Cornelius Ryan.

Efectivamente.

Parece sentir usted una cierta admiración por los generales alemanes Model y Bittrich, lector de Platón y Goethe, que derrotaron a los aliados.

Model era un sujeto brutal, muy profesional, efectivo y el preferido de Hitler pero no siento ningún afecto por él. Bittrich era más civilizado que otros generales de las SS, pero no diría que era un hombre digno de admiración.

A pesar de las más de 15. 000 bajas y de arruinar a los Red Devils, Winston Churchill afirmó que aquellas muertes habían merecido la pena. ¿Era una fake news?

Churchill estaba en aquel momento en Estados Unidos y desconocía los detalles de la operación, aunque la apoyaba. Los británicos estaban en bancarrota y Churchill temía que al final de la guerra el Reino Unido se quedase relegado en el tratado de paz como un socio menor de Estados Unidos. Él esperaba que ese plan dramático funcionase y así recuperar influencia internacional. Cuando se enfrentó a las consecuencias del desastre no pudo reconocer que había sido un fiasco que nunca debió permitirse.

Los responsables del desastre culparon a los paracaidistas polacos para tapar su propio fracaso en una tradición muy británica de envolver sus errores en la épica, ¿verdad?

Al establishment británico se le daba muy bien ocultar las historias que no querían que salieran a la luz pero Montgomery se pasó cuando dijo que había sido un éxito y el príncipe de Holanda le respondió con ironía que su país no podía permitirse otra victoria de Montgomery. Los británicos sienten fascinación por el fracaso, siempre loan los desastres más que las victorias para subrayar la valentía en la defensa olvidando los errores en el ataque.

Y culparon a los polacos de esos errores.

Hicieron acusaciones tremendas contra el general Sosabowski porque él sí que había visto venir el desastre.

¿Por qué se ha minimizado la resistencia de la población civil holandesa que según usted respondió a los nazis mejor que los franceses?

La gente de Normandía había apoyado al mariscal Patton pero temían que la 'operación Overlord' fracasara. Fueron muy cautos y no ayudaron demasiado a los aliados porque habían sufrido mucho. Los ingleses y norteamericanos mataron a más civiles franceses que los alemanes. Los ejércitos democráticos en batalla suelen eliminar a más civiles porque los generales sufren tal presión para reducir las bajas entre las tropas que acaban matando a inocentes. Los holandeses, después de la ocupación alemana, demostraron una generosidad extraordinaria. Aún hoy ondean en Arnhem banderas con el Pegaso de los paracaidistas.

¿Sospechaba Eisenhower que la propuesta de Montgomery respondía a su afán por apuntarse personalmente el tanto y a la vez a relegarle a él a una figura decorativa en una victoria que esperaba que sería decisiva?

El ejército americano tenía un sistema muy diferente al inglés. Los norteamericanos funcionaban por objetivos que lideraba un general. Eisenhower ni siquiera sabía cuál era el plan hasta que ya se había iniciado.

Eisenhower ya había sacado una mala opinión de Montgomery en la batalla de las Ardenas. ¿Por qué?

Eisenhower sabía que Montgomery era una persona difícil. Creo que sufría de asperger controlado, era incapaz de entender a los demás. Tenía mucha visión de túnel. Churchill dijo de él que era indomable en la retirada, invencible en la avanzada e insufrible en la victoria.

¿Qué papel jugó el general Patton en esta operación y en la relación entre Eisenhower y Monty?

Patton y Montgomery no se soportaban pero el jefe de Patton era el general Bradley que aunque también odiaba a Montgomery tenía mucho más tacto para lidiar con el británico.

¿Por qué da usted más valor a los diarios que a las cartas de los soldados que investigó para su libro?

Los diarios son siempre más fiables que las cartas porque en estas no se cuentan todas las penurias de la guerra. Han sido mis mejores referencias bibliográficas. La gente describe qué se siente cuando te alcanza una bala o cuando pierdes la fuerza. Los civiles holandeses también llevaban su diario porque un ministro que estaba exiliado en Londres les dijo que la liberación se aproximaba y que lo dejasen escrito.

¿Cómo era el general norteamericano James Gavin, amante de la emblemática actriz alemana Marlene Dietrich?

Era un don Juan, una persona extraordinaria de origen humilde, un autodidacta y uno de los líderes militares más importantes de la II Guerra Mundial. A él le adoraban todos sus soldados y parece que también Marlene Dietrich y Martha Gellhorn, la señora de Hemingway.

¿Sigue siendo venerado Monty en Inglaterra a pesar de errores tan destacados como el de la operación Market Garden?

Claro, porque Inglaterra tuvo muy pocos héroes, sobre todo al principio de la guerra, y Montgomery estaba allí cuando empezó a cambiar todo en el otoño de 1942. La prensa inglesa le convirtió en un héroe.

Con el consecuente enfado de los norteamericanos.

La prensa fue un problema porque generó la ira de los norteamericanos, que veían alucinados cómo le daban la razón a Montgomery por todo.


Fuente:

https://www.laopiniondemurcia.es/cultura-sociedad/2019/01/03/britanicos-sienten-autentica-fascinacion-fracaso/985429.html

Folklore colombiano

Alfredo Sosa - El coby coby
 

jueves, 20 de agosto de 2020

BYUNG-CHUL HAN

 LA CRISIS DE LA LIBERTAD 

Texto del filosofo surcoreano Byung-Chul Han, publicado por primera vez en su libro "Psicopolítica". 

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La libertad ha sido un episodio. «Episodio» significa «entreacto». La sensación de libertad se ubica en el tránsito de una forma de vida a otra, hasta que finalmente se muestra como una forma de coacción. Así, a la liberación sigue una nueva sumisión. Este es el destino del sujeto, que literalmente significa «estar sometido». 

Hoy creemos que no somos un sujeto sometido, sino un proyecto libre que constantemente se replantea y se reinventa. Este tránsito del sujeto al proyecto va acompañado de la sensación de libertad. Pues bien, el propio proyecto se muestra como una figura de coacción, incluso como una forma eficiente de subjetivación y de sometimiento. El yo como proyecto, que cree haberse liberado de las coacciones externas y de las coerciones ajenas, se somete a coacciones internas y a coerciones propias en forma de una coacción al rendimiento y la optimización. 

Vivimos una fase histórica especial en la que la libertad misma da lugar a coacciones. La libertad del poder hacer genera incluso más coacciones que el disciplinario deber. El deber tiene un límite. El poder hacer, por el contrario, no tiene ninguno. Es por ello por lo que la coacción que proviene del poder hacer es ilimitada. Nos encontramos, por tanto, en una situación paradójica. La libertad es la contrafigura de la coacción. La libertad, que ha de ser lo contrario de la coacción, genera coacciones. Enfermedades como la depresión y el síndrome de burnout son la expresión de una crisis profunda de la libertad. Son un signo patológico de que hoy la libertad se convierte, por diferentes vías, en coacción. 

El sujeto del rendimiento, que se pretende libre, es en realidad un esclavo. Es un esclavo absoluto, en la medida en que sin amo alguno se explota a sí mismo de forma voluntaria. No tiene frente a sí un amo que lo obligue a trabajar. El sujeto del rendimiento absolutiza la mera vida y trabaja. La mera vida y el trabajo son las caras de la misma moneda. La salud representa el ideal de la mera vida. Al esclavo neoliberal le es extraña la soberanía, incluso la libertad del amo que, según la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel, no trabaja y únicamente goza. Esta soberanía del amo consiste en que se eleva sobre la propia vida e incluso acepta la muerte. Este exceso, esta forma de vida y de goce, le es extraño al esclavo trabajador preocupado por la mera vida. Frente a la presunción de Hegel, el trabajo no lo hace libre. Sigue siendo un esclavo. El esclavo de Hegel obliga también al amo a trabajar. La dialéctica del amo y el esclavo conduce a la totalización del trabajo. 

El sujeto neoliberal como empresario de sí mismo no es capaz de establecer con los otros relaciones que sean libres de cualquier finalidad. Entre empresarios no surge una amistad sin fin alguno. Sin embargo, ser libre significa estar entre amigos. «Libertad» y «amigo» tienen en el indoeuropeo la misma raíz. La libertad es, fundamentalmente, una palabra relacional. Uno se siente libre solo en una relación lograda, en una coexistencia satisfactoria. El aislamiento total al que nos conduce el régimen liberal no nos hace realmente libres. En este sentido, hoy se plantea la cuestión de si no deberíamos redefinir, reinventar la libertad para escapar a la fatal dialéctica que la convierte en coacción. 

El neoliberalismo es un sistema muy eficiente, incluso inteligente, para explotar la libertad. Se explota todo aquello que pertenece a prácticas y formas de libertad, como la emoción, el juego y la comunicación. No es eficiente explotar a alguien contra su voluntad. En la explotación ajena, el producto final es nimio. Solo la explotación de la libertad genera el mayor rendimiento. 

Curiosamente, también Marx define la libertad como una relación lograda con el otro: “Solamente dentro de la comunidad con otros todo individuo tiene los medios necesarios para desarrollar sus dotes en todos los sentidos; solamente dentro de la comunidad es posible, por tanto, la libertad personal”.  

En consecuencia, ser libre no significa otra cosa que realizarse mutuamente. 

La libertad es un sinónimo de libertad lograda. La libertad individual representa para Marx una astucia, una trampa del capital. La «libre competencia», que descansa en la idea de la libertad individual, es solo «la relación del capital consigo mismo como otro capital, vale decir, el comportamiento real del capital en cuanto capital». El capital realiza su reproducción relacionándose consigo mismo como otro capital por medio de la competencia. El capital copula con el otro de sí mismo por mediación de la libertad individual. Mientras se compite libremente, el capital aumenta. La libertad individual es una esclavitud en la medida en que el capital la acapara para su propia proliferación. Así, para reproducirse, el capital explota la libertad del individuo: «En la libre competencia no se pone como libres a los individuos, sino que se pone como libre al capital».  

Por mediación de la libertad individual se realiza la libertad del capital. De este modo, el individuo libre es degradado a órgano sexual del capital. La libertad individual confiere al capital una subjetividad «automática» que lo impulsa a la reproducción activa. Así, el capital «pare» continuamente «crías vivientes».  La libertad individual, que hoy adopta una forma excesiva, no es en último término otra cosa que el exceso del capital. 


La dictadura del capital

 Según Marx, las fuerzas productivas (la fuerza de trabajo, el modo de trabajo y los medios de producción materiales), en un determinado nivel de su desarrollo, entran en contradicción con las relaciones de producción dominantes (relaciones de propiedad y dominación). Esto ocurre porque las fuerzas productivas progresan continuamente. Así, la industrialización genera nuevas fuerzas productivas que entran en contradicción con las relaciones de propiedad y dominación de tipo feudal, lo que conduce a crisis sociales que presionan para promover un cambio de las relaciones de producción. La contradicción se elimina mediante la lucha del proletariado contra la burguesía, que genera el orden social comunista. 

Frente a la presunción de Marx, no es posible superar la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones productivas mediante una revolución comunista. Es insuperable. El capitalismo, precisamente por esta condición intrínseca de carácter permanente, escapa hacia el futuro. De este modo, el capitalismo industrial muta en neoliberalismo o capitalismo financiero con modos de producción posindustriales, inmateriales, en lugar de trocarse en comunismo. 

El neoliberalismo, como una forma de mutación del capitalismo, convierte al trabajador en empresario. El neoliberalismo, y no la revolución comunista, elimina la clase trabajadora sometida a la explotación ajena. Hoy cada uno es un trabajador que se explota a sí mismo en su propia empresa. Cada uno es amo y esclavo en una persona. También la lucha de clases se transforma en una lucha interna consigo mismo. 

No es la multitude cooperante que Antonio Negri eleva a sucesora posmarxista del «proletariado», sino la solitude del empresario aislado, enfrentado consigo mismo, explotador voluntario de sí mismo, la que constituye el modo de producción presente. Es un error pensar que la multitude cooperante derriba al «Imperio parasitario» y construye un orden social comunista. Este esquema marxista, al que Negri se aferra, se mostrará de nuevo como una ilusión. 

Ya no es posible sostener la distinción entre proletariado y burguesía. El proletario es literalmente aquel que tiene a sus hijos como única posesión. Su autoproducción se limita únicamente a la reproducción biológica. Hoy, por el contrario, se extiende la ilusión de que cada uno, en cuanto proyecto libre de sí mismo, es capaz de una autoproducción ilimitada. En la actualidad es estructuralmente imposible la «dictadura del proletariado». Hoy todos estamos dominados por una dictadura del capital. 

El régimen neoliberal transforma la explotación ajena en la autoexplotación que  afecta a todas las «clases». La autoexplotación sin clases le es totalmente extraña a Marx. Esta hace imposible la revolución social, que descansa en la distinción entre explotadores y explotados. Y por el aislamiento del sujeto de rendimiento, explotador de sí mismo, no se forma ningún nosotros político con capacidad para una acción común. 

Quien fracasa en la sociedad neoliberal del rendimiento se hace a sí mismo responsable y se avergüenza, en lugar de poner en duda a la sociedad o al sistema. En esto consiste la especial inteligencia del régimen neoliberal. No deja que surja resistencia alguna contra el sistema. En el régimen de la explotación ajena, por el contrario, es posible que los explotados se solidaricen y juntos se alcen contra el explotador. Precisamente en esta lógica se basa la idea de Marx de la «dictadura del proletariado». Sin embargo, esta lógica presupone relaciones de dominación represivas. En el régimen neoliberal de la autoexplotación uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta autoagresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo. 

Ya no trabajamos para nuestras necesidades, sino para el capital. El capital genera sus propias necesidades, que nosotros, de forma errónea, percibimos como propias. El capital representa una nueva trascendencia, una nueva forma de subjetivización. De nuevo somos arrojados del nivel de la inmanencia de la vida, donde la vida se relacionaría consigo misma en lugar de someterse a un fin extrínseco. 

La política moderna se caracteriza por la emancipación del orden trascendente, esto es, de las premisas fundamentadas religiosamente. Solo en la Modernidad, en la que los recursos de fundamentación trascendentes ya no tuvieran validez alguna, sería posible una política, una politización completa de la sociedad. De este modo, las normas de acción se podrían negociar libremente. La trascendencia cedería ante el discurso inmanente a la sociedad. Así, la sociedad tendría que levantarse de nuevo desde su inmanencia. Por el contrario, se abandona de nuevo la libertad en el momento en que el capital se erige en una nueva trascendencia, en un nuevo amo. La política acaba convirtiéndose de nuevo en esclavitud. Se convierte en un esbirro del capital. 

¿Queremos ser realmente libres? ¿Acaso no hemos inventado a Dios para no tener que ser libres? Frente a Dios todos somos culpables. Pero la culpa  elimina la libertad. Hoy los políticos acusan al elevado endeudamiento de que su libertad de acción esté enormemente limitada. Si estamos libres de deuda, vale decir, si somos plenamente libres, tenemos que actuar de verdad. Quizás incluso nos endeudamos permanentemente para no tener que actuar, esto es, para no tener que ser libres ni responsables. ¿Acaso no son las elevadas deudas una prueba de que no tenemos en nuestro haber el ser libres? ¿No es el capital un nuevo Dios que otra vez nos hace culpables? Walter Benjamin concibe el capitalismo como una religión. Es el «primer caso de un culto que no es expiatorio sino culpabilizador». Porque no es posible liquidar las deudas, se perpetua el estado de falta de libertad: «Una terrible conciencia de culpa que no sabe cómo expiarse, recurre al culto no para expiar la culpa sino para hacerla universal».  


Dictadura de la transparencia

 Al principio se celebró la red digital como un medio de libertad ilimitada. El primer eslogan publicitario de Microsoft, Where do you want to go today?, sugería una libertad y movilidad ilimitadas en la web. Pues bien, esta euforia inicial se muestra hoy como una ilusión. La libertad y la comunicación ilimitadas se convierten en control y vigilancia totales. También los medios sociales se equiparan cada vez más a los panópticos digitales que vigilan y explotan lo social de forma despiadada. Cuando apenas acabamos de liberarnos del panóptico disciplinario, nos adentramos en uno nuevo aún más eficiente. 

A los reclusos del panóptico benthamiano se los aislaba con fines disciplinarios y no se les permitía hablar entre ellos. Los residentes del panóptico digital, por el contrario, se comunican intensamente y se desnudan por su propia voluntad. Participan de forma activa en la construcción del panóptico digital. La sociedad del control digital hace un uso intensivo de la libertad. Es posible solo gracias a que, de forma voluntaria, tienen lugar una iluminación y un desnudamiento propios. El Big Brother digital traspasa su trabajo a los reclusos. Así, la entrega de datos no sucede por coacción, sino por una necesidad interna. Ahí reside la eficiencia del panóptico. 

También se reclama transparencia en nombre de la libertad de comunicación. La transparencia es en realidad un dispositivo neoliberal. De forma violenta vuelve todo hacia el exterior para convertirlo en información. En el modo actual de producción inmaterial, más información y comunicación significan más productividad, aceleración y crecimiento. La información es una positividad que puede circular sin contexto por carecer de interioridad. De esta forma es posible acelerar la circulación de información. 

El secreto, la extrañeza o la otredad representan obstáculos para una comunicación ilimitada. De ahí que sean desarticulados en nombre de la transparencia. La comunicación se acelera cuando se allana, esto es, cuando se eliminan todas las barreras, muros y abismos. También a las personas se las desinterioriza, porque la interioridad obstaculiza y ralentiza la comunicación. Esta desinteriorización no sucede de forma violenta. Tiene lugar de forma voluntaria. Se desinterioriza la negatividad de la otredad o de la extrañeza en pos de la diferencia o de la diversidad comunicable o consumible. El dispositivo de la transparencia obliga a una exterioridad total con el fin de acelerar la circulación de la información y la comunicación. La apertura sirve en última instancia para la comunicación ilimitada, ya que el cierre, el hermetismo y la interioridad bloquean la comunicación. 

Una conformidad total es una consecuencia adicional del dispositivo de la transparencia. Reprimir las desviaciones es constitutivo de la economía de la transparencia. La red y la comunicación totales tienen ya como tales un efecto allanador. Generan un efecto de conformidad, como si cada uno vigilara al otro, y ello previamente a cualquier vigilancia y control por servicios secretos. Hoy la vigilancia tiene lugar también sin vigilancia. Como por obra de moderadores invisibles, se allana la comunicación y se la reduce al acuerdo general. Esta vigilancia primaria, intrínseca es mucho más problemática que la secundaria, a cargo de servicios secretos. 

El neoliberalismo convierte al ciudadano en consumidor. La libertad del ciudadano cede ante la pasividad del consumidor. El votante, en cuanto consumidor, no tiene un interés real por la política, por la configuración activa de la comunidad. No está dispuesto ni capacitado para la acción política común. Solo reacciona de forma pasiva a la política, refunfuñando y quejándose, igual que el consumidor ante las mercancías y los servicios que le desagradan. Los políticos y los partidos también siguen esta lógica del consumo. Tienen que proveer. De este modo, se degradan a proveedores que han de satisfacer a los votantes en cuanto consumidores o clientes. 

La transparencia que hoy se exige de los políticos es todo menos una reivindicación política. No se exige transparencia frente a los procesos políticos de decisión, por los que no se interesa ningún consumidor. El imperativo de la transparencia sirve sobre todo para desnudar a los políticos, para desenmascararlos, para convertirlos en objeto de escándalo. La reivindicación de la transparencia presupone la posición de un espectador que se escandaliza. No es la reivindicación de un ciudadano con iniciativa, sino la de un espectador pasivo. La participación tiene lugar en la forma de reclamación y queja. La sociedad de la transparencia, que está poblada de espectadores y consumidores, funda una democracia de espectadores. 

La autodeterminación informativa es una parte esencial de la libertad. Ya en la sentencia del Tribunal Constitucional de Alemania sobre el censo nacional, en 1984, se afirma lo siguiente: 

“Serían incompatibles con el derecho a la autodeterminación informativa un orden social y su respectivo orden jurídico en los que el ciudadano no pudiera saber quién sabe de él, así como tampoco qué, cuándo y en qué ocasión se sabe de él”

No obstante, se trataba de una época en la que se creía que había que enfrentarse al Estado como a una instancia de dominación que arrebataba información a los ciudadanos contra su voluntad. Hace mucho que esa época quedó atrás. Hoy nos ponemos al desnudo sin ningún tipo de coacción ni de prescripción. Subimos a la red todo tipo de datos e informaciones sin saber quién, ni qué, ni cuándo, ni en qué lugar se sabe de nosotros. Este descontrol representa una crisis de la libertad que se ha de tomar en serio. En vista de la cantidad y el tipo de información que de forma voluntaria se lanza a la red indiscriminadamente, el concepto de protección de datos se vuelve obsoleto. 

Nos dirigimos a la época de la psicopolítica digital. Avanza desde una vigilancia  pasiva hacia un control activo. Nos precipita a una crisis de la libertad con mayor alcance, pues ahora afecta a la misma voluntad libre. El Big Data es un instrumento psicopolítico muy eficiente que permite adquirir un conocimiento integral de la dinámica inherente a la sociedad de la comunicación. Se trata de un conocimiento de dominación que permite intervenir en la psique y condicionarla a un nivel prerreflexivo. 

La apertura del futuro es constitutiva de la libertad de acción. Sin embargo, el Big Data permite hacer pronósticos sobre el comportamiento humano. De este modo, el futuro se convierte en predecible y controlable. La psicopolítica digital transforma la negatividad de la decisión libre en la positividad de un estado de cosas. La persona misma se positiviza en cosa, que es cuantificable, mensurable y controlable. Sin embargo, ninguna cosa es libre. Sin duda alguna, la cosa es más transparente que la persona. El Big Data anuncia el fin de la persona y de la voluntad libre. 

Todo dispositivo, toda técnica de dominación, genera objetos de devoción que se introducen con el fin de someter. Materializan y estabilizan el dominio. «Devoto» significa «sumiso». El smartphone es un objeto digital de devoción, incluso un objeto de devoción de lo digital en general. En cuanto aparato de subjetivación, funciona como el rosario, que es también, en su manejabilidad, una especie de móvil. Ambos sirven para examinarse y controlarse a sí mismo. La dominación aumenta su eficacia al delegar a cada uno la vigilancia. El me gusta es el amén digital. Cuando hacemos clic en el botón de me gusta nos sometemos a un entramado de dominación. El smartphone no es solo un eficiente aparato de vigilancia, sino también un confesionario móvil. Facebook es la iglesia, la sinagoga global (literalmente, la congregación) de lo digital.


Fuente:

https://www.bloghemia.com/2020/08/la-crisis-de-la-libertad-por-byung-chul.html

martes, 18 de agosto de 2020

GNOSIS

 CÓMO SABER CUÁNDO CONFIAR EN LA INTUICIÓN

LA INTUICIÓN ES LA FACULTAD COGNITIVA MÁS ALTA DEL SER HUMANO Y EXISTEN MÉTODOS PARA CULTIVARLA.


La intuición es la función más alta de la inteligencia, según ha sido definida por Platón y el Buda. Un modo de conocimiento penetrante que permite trascender la inferencia lógica y la percepción sensorial.

En el caso de la filosofía platónica, el término que traduce como intuición es "noesis", el cual opone a "dianoia", el término usado para el pensamiento lógico matemático o discursivo. Es la intuición la que permite conocer directamente las ideas, que en la filosofía platónica son las verdades que están más allá del mundo cambiante material -el cual es una sombra o reflejo de  ideas. La noesis es una facultad del alma que la lleva a la similitud con lo divino -lo cual es la meta de la filosofía platónica.

En el budismo, según señala el maestro budista Alan Wallace, lo más cercano a nuestra palabra intuición es "jñāna" en sánscrito y "ye-she" en tibetano, estas palabras pueden traducirse como gnosis o sabiduría, pero tienen -especialmente ye (originario), she sabiduría- la connotación de una sabiduría o conciencia primordial. Jñāna en el budismo mayahana es también la décima perfección (paramita), es decir el último catalizador de la iluminación o trascendencia del sufrimiento.

Wallace señala que la intuición, como es entendida en esta tradición, es un modo de conocimiento primordial que siempre está ahí, esperando a ser descubierto como el Sol entre las nubes -y es especialmente lo que se desvela en sistemas de meditación avanzados como el mahamudra y el dzogchen. Y habría que agregar que también es lo que se alcanza en el vipasyana, la técnica de meditación que permitió al Buda alcanzar la iluminación -de la mano del samadhi. Vipasyana, significa literalmente "ver intensamente" (el prefijo vi es un énfasis y pasyana es una declinación de "ver"), pero que podemos traducir como visión interna o visión clara (en inglés usaríamos insight). Lo interesante de esto es que la práctica del vipasyana no necesariamente está asociada con lo que pensamos en Occidente superficialmente que es la intuición -una especie de conjetura emocional, presentimiento, hunch-; la práctica de vipashyana requiere de un profundo análisis y desarrollo cognitivo.

Como señala Alan Wallace, Aristóteles distinguió entre las emociones y la razón -pero no hay esta distinción en el budismo, "cada vez que se habla de la mente se debe pensar corazón-mente. Esta es la esencia también del bodhicitta o espíritu del despertar, el cual es al mismo tiempo inteligencia y compasión, "la separación de corazón y mente es artificial", dice Wallace. Esta misma unión entre el corazón y mente es reflejada en el taoísmo y en la medicina china tradicional donde se usa el mismo término para mente y corazón (xin) y se considera que, de hecho, es el corazón quien lleva la función ejecutiva de una persona. 

Esto nos hace reflexionar que la intuición no existe necesariamente en oposición a la razón, no es que desarrollar la razón sea abandonar la facultad intuitiva. Al contrario, como Platón nos diría, la intuición se alimenta y necesita de la razón. Si bien luego la intuición trasciende por mucho a la razón y se aventura a zonas donde la razón ya no comprende. Igualmente es una completa fantasía epistemológica la noción de que la razón es masculina y la intuición es femenina (evidentemente no es ni una ni la otra). Si acaso las mujeres desarrollan más la intuición, esto no tendría que ver con la cualidad femenina de la intuición, sino con procesos de sensibilización hacia mecanismos de conocimiento que no están centrados solamente en el cerebro, los cuales pueden obviamente fomentarse cuando una persona no bloquea sus emociones -culturalmente los hombres han sido educados a no mostrar, y por lo mismo no atender, sus emociones, ni tampoco atender al dolor de su cuerpo, lo cual podrá atrofiar una sensibilidad más holística o lo que podemos llamar "pensar con el corazón". Asimismo, hay que señalar que, siguiendo lo que hemos expuesto aquí en base a la tradición platónica y budista, mucho de lo que normalmente llamamos intuición no lo es, es solamente instinto, conjetura, adivinanza, superstición y proyección. La intuición es un conocimiento que podemos describir como una resonancia con el objeto mismo que conocemos o con la inteligencia universal en la cual participamos. Es un conocimiento de la realidad tal como es, no una aproximación. 

De aquí entonces que tal vez el nombre de este artículo debería de ser más bien cómo desarrollar o cómo saber qué es la intuición, ya que la intuición que es realmente intuición está más allá de toda duda: uno puede confiar en ella siempre porque es la inteligencia pura y primordial. Intuir es percibir con la luz del universo. Sin embargo, si es importante confiar en que existe esta intuición, esta inteligencia primordial, de otra manera difícilmente podremos perfilarnos en un camino hacia ella. Para responder a esto -a cómo desarrollar la intuición- podemos apoyarnos en el budismo, donde particularmente se entrena la mente para desarrollar funciones más elevadas de conocimiento -aunque estas son más un des-cubrimiento o des-velo de la propia naturaleza que se ve oscurecida por los hábitos inmemoriales de la mente. Como explica Alan Wallace, la técnica fundamental para refinar la mente que tienen las tradiciones contemplativas de India es el samadhi, la concentración y pacificación de la atención que, como han descubierto cientos miles de meditadores por milenios, al concentrar y pacificar también purifica o va eliminando las aflicciones y contaminantes (kleshas, en sánscrito) que en este caso podemos decir ocultan u oscurecen la facultad intuitiva original. La meditación, el samadhi, según la tradición budista, hace primero que nos relajemos o calmemos, esto a su vez no da estabilidad -como la estabilidad necesaria para apuntar un telescopio al cielo para observar un fenómeno estelar- lo cual se traduce en claridad o viveza. Relajación: estabilidad: claridad. La claridad, la alta resolución de la mente, nos permite no sólo ver las cosas como son sino acceder a la naturaleza misma de la conciencia -que es descrita fundamentalmente como luminosidad- y por lo tanto resonar con la conciencia primordial que es omnisciente. No sólo en el budismo, sino también en el hinduismo, todo los poderes o logros mentales (siddhis) -que en Occidente llamamos psíquicos, extrasensoriales o paranormales- son fruto de la inmovilidad de la mente, de la atención sostenida, la cual se describe como produciendo una especie de fuego o calor (tapas, en sánscrito).

Para concluir resta decir que la intuición es paradójicamente la naturaleza más básica de conciencia y a la vez el culmen del entrenamiento de la mente -aquello que hace que trascendamos la mente y la disolvamos en la conciencia pura. Así entonces la intuición es algo que se cultiva fundamentalmente a través de la meditación, pero no sólo de las llamadas técnicas del mindfulness, sino necesariamente también del cultivo de la sabiduría, del análisis y el discernimiento. Incluso de la moralidad y la virtud, como muestra el esquema de los tres pilares que constituyen el óctuple noble sendero del Buda que lleva al despertar: sin shila (disciplina, moralidad), sin actuar bien y no generar karma negativo que luego nos persiga no podremos conseguir la paz suficiente para profundizar en el samadhi; sin el samadhi no podremos conseguir la inteligencia o discernimiento (prajna) que nos permite conocer y entrar en consonancia con la realidad. Evidentemente la intuición no es algo que dependa siempre de una práctica específica o de niveles dentro de un sendero espiritual. Pueden haber flashes de intuición, pero estos son seguramente fruto del buen karma y difícilmente logran estabilizarse y convertirse en una base cognitiva si no son cultivados -y cultivar la función más alta de la mente requiere cultivar todas las otras. El mismo Buda alcanzó de manera espontánea en su adolescencia el primer jñāna, una dimensión más sutil de la realidad, seguramente en una especie de flashback de vidas previas. Pero viviendo en el palacio de placer de su padre olvido esto y luego tuvo que aprender técnicas ascéticas para reingresar a los jñānas y finalmente despertar bajo el árbol bodhi, en ese eterno instante que, queremos pensar, resuena aún hoy a través del tiempo cuando alguien medita y tiene una intuición de la verdad.


Fuente:

https://pijamasurf.com/2017/11/como_saber_que_es_realmente_una_intuicion_y_como_cultivarla/

Paranormal

Científico prueba que los médiums acceden a un estado distinto de conciencia

Con este experimento, el científico Dean Radin ha logrado acotar la brecha entre la ciencia y la comunicación paranormal, demostrando que la actividad cerebral es distinta a aquella que sucede durante el pensamiento ordinario o la imaginación.

El científico Dean Radin es una de las grandes mentes que se han abocado a explicar cómo la ciencia da lugar a un sistema fracturado de disciplinas, mientras la espiritualidad sirve para conectar. Radin sugiere que la teoría de sistemas podría ser el mejor ejemplo que tenemos actualmente de cómo la ciencia puede empezar a abarcar algo tan vagamente definido como la conectividad y permanecer como una ciencia. 

Radin ha explorado las posibilidades psíquicas de la mente, tratando de conciliar la metafísica con la ciencia. En su estudio, codirigido por él y Julie Beischel, se encontró que la actividad electrocortical durante la “comunicación mediumística” es claramente diferente que durante otros momentos contemplativos, como pensar en personas vivientes o imaginarias. La investigación se hizo para explorar dos cuestiones: posibles correlaciones entre la precisión de las declaraciones de médiums y la actividad eléctrica del cerebro, y las diferencias en las actividades cerebrales de los médiums cuando evocaron intencionalmente cuatro diferentes estados subjetivos.

Para lograrlo, los investigadores recolectaron datos psicométricos y electrofisiológicos del cerebro de “seis individuos que previamente habían reportado información precisa acerca de individuos difuntos bajo condiciones de doble ciego” (médiums, o más específicamente, médiums previamente acreditados por el Instituto Windbridge de Beischel). Cada participante realizó dos tareas con los ojos cerrados. En la primera tarea se le dio al médium el primer nombre de una persona difunta y se le hicieron 25 preguntas, después se le pidió que percibiera silenciosamente la información relevante a la pregunta por 20 segundos y respondiera. Estas respuestas fueron luego cotejadas con individuos que conocían a las personas difuntas. Los investigadores encontraron que de los seis médiums evaluados, tres calificaron significativamente por encima de la casualidad, Uno de los médiums también mostró una correlación significativa entre la precisión y la actividad cerebral en el theta frontal. 

En el segundo experimento se le pidió a los participantes que experimentaran cuatro estados mentales durante 1 minuto cada uno, un proceso que se llevó a cabo tres veces: 1) pensar en una persona conocida viva, 2) escuchar una biografía 3) pensar en una persona imaginaria y 4) interactuar mentalmente con una persona conocida muerta. De manera interesante, se encontraron diferencias estadísticas significativas en la actividad electrocortical entre los cuatro estados mentales de los seis participantes. Esto llevó a los investigadores a concluir que las diferencias en la actividad electrocortical “sugieren que la impresión de comunicarse con los difuntos puede ser un estado mental distinto al pensamiento ordinario o la imaginación”. 


Para concluir, pensamos que los resultados del médium 1, correlacionando la exactitud con la actividad electrocortical, califican como un hallazgo robusto. Los resultados en cuanto a las diferencias en las bandas de poder gamma entre distintos estados mentales permanece confusos mientras la diferencia gamma que observamos parece ascender, al menos en parte, del ojo o la actividad muscular. La caracterización de la naturaleza exacta de esta diferencia en la banda de frecuencia gamma, y evaluando si alguna de estas actividades se origina en el cerebro, requiere investigación adicional. Juntos, los resultados del estudio sugieren que la experiencia de comunicarse con los difuntos podría ser un estado mental distinto que no es consistente con la actividad cerebral durante el pensamiento ordinario o la imaginación.


Este hallazgo es realmente importante en el campo de la ciencia, que no pretende explicar por qué pueden acontecer estas “comunicaciones” psíquicas, pero sí pretende demostrar que de hecho suceden. Demuestra que las actividades cerebrales durante la comunicación paranormal, a diferencia de las actividades durante estados mentales “normales” como la imaginación, se comportan de maneras exclusivas a esa comunicación. Radin y sus colegas quizá estén acelerando la conciliación de la ciencia con la conciencia, y este experimento es un gran ejemplo de ello. 


fuente:

https://ecoosfera.com/cientifico-prueba-que-los-mediums-acceden-a-estado-distinto-de-conciencia/

sábado, 15 de agosto de 2020

¡Y siempre se les olvida!

 Consejo: para los que salen del poder como para los que llegan.

Explorando

 ¿Sabias que ...


Cada año desaparecen 8 millones de niños alrededor del mundo.

Rey siamés Chulalongkor el grande o Rama V

En 1897, el imperio británico y la monarquía siamesa decidieron pactar un convenio para no construir un canal en Tailandia, con el fin de no perjudicar la posición estratégica y preponderante de Singapur.

(Imagen: Vladimir Grigorev / Alamy)

China tiene el ganado porcino mas grande del planeta con alrededor de 500 a 650 millones de cerdos convirtiéndose esta nación como el mayor consumidor mundial de esta carne.


La cifra más alta de nacimientos se registra a finales de agosto y el mes de septiembre siendo la casa de virgo el signo zodiacal mas común en el mundo.

lunes, 10 de agosto de 2020

Tu salud

 BENEFICIOS DE CAMINAR DESCALZO

Exponer la piel de los pies al contacto con la tierra, hierba o agua, constituye una excelente forma de fortalecer el organismo y conectar con la energía de la naturaleza, lo cual ha sido empleado desde tiempos de la antigua china hasta hoy, a través de diversas terapias alternativas.

Caminar sobre el pasto desarrolla más fuerza en los músculos de los pies, piernas y caderas. Favorece la circulación sanguínea, fortalece la musculatura de los pies, flexibiliza las venas y previene infecciones.

Entre los beneficios de caminar descalzo está el ajuste de los mecanismos del pie, pues esto ayuda a que éste tome la posición adecuada. Esto significa una mejoría en la forma de andar, con más agilidad y equilibrio. Por ello, los atletas terminan su rutina de ejercicios descalzos sobre el pasto.

Existen diversas corrientes de la reflexología que utilizan los puntos de la planta del pie para estimular neurológicamente diferentes estructuras orgánicas del cuerpo.

Caminar descalzos en el pasto implica estar en contacto la tierra y nos ayuda a sentirnos con fuerza, estabilidad, coherencia, solidez y el equilibrio. El planeta tiene su propia carga natural, y parece que nos va mejor cuando estamos en contacto directo con él.

Caminar por las mañanas en el pasto fresco puede generar una sensación de bienestar y relajación, así como entusiasmo y fuerza.

Andar descalzo puede ser tan beneficioso como placentero para el pie, sobre todo después de un arduo día de trabajo, debido a que la planta del pie es una de las partes del cuerpo con más terminaciones nerviosas. Por ello, llegar a casa y quitarse los zapatos, resulta una buena terapia para esta zona del cuerpo.


Fuente:

https://consejosdelconejo.com/salud/beneficios-de-caminar-descalzo/

sábado, 8 de agosto de 2020

Metafísica de la muerte

 Texto del filosofo alemán, Arthur Schopenhauer, publicado en su libro Parerga y Paralipómena, en el año 1851. 

La individualidad de la mayoría de los hombres es tan miserable y tan insignificante, que nada pierden con la muerte: lo que en ellos puede aún tener algún valor, es decir, los rasgos generales de humanidad, eso subsiste en los demás hombres. A la humanidad y no al individuo es a quien se le puede asegurar la duración. Si le concediese al hombre una vida eterna, la rigidez inmutable de su carácter y los estrechos límites de su inteligencia le parecerían a la larga tan monótonos y le inspirarían un disgusto tan grande, que para verse libre de ellos concluiría por preferir la nada. Exigir la inmortalidad del individuo es querer perpetuar un error hasta el infinito. Porque, en el fondo, toda individualidad es un error especial, una equivocación, algo que no debiera existir; y el verdadero objetivo de la vida es librarnos de él. Prueba de ello es que la mayoría de los hombres, por no decir todos, están constituidos de tal suerte que no podrían ser felices en ningún mundo donde soñasen verse colocados. Si ese mundo estuviera exento de miseria y de pena, se haría presa del tedio; y en la medida en que pudieran escapar de este, volverían a caer en las miserias, los tormentos, los sufrimientos. Así, pues, para conducir al hombre a un estado mejor, no bastaría con ponerle en un mundo mejor, sino que sería preciso de toda necesidad transformarle totalmente, hacer de modo que no sea lo que es y que llegara a ser lo que no es. Por tanto, necesariamente tiene que dejar de ser lo que es; esta condición previa la realiza la muerte, y desde este punto de vista concíbese su necesidad moral. Ser colocado en otro mundo y cambiar totalmente su ser son en el fondo una sola y misma cosa. Pero, una vez que la muerte ha puesto término a una conciencia individual, ¿sería deseable que esta misma conciencia se encendiese de nuevo para durar una eternidad? ¿Qué contiene, la mayor parte de las veces? Nada más que un torrente de ideas pobres, estrechas, terrenales. Así pues, dejadla descansar en paz para siempre.

Parece que la conclusión de toda actividad vital es un maravilloso alivio para la fuerza que la mantiene: esto explica tal vez esa expresión de dulce serenidad difundida en el rostro de la mayoría de los muertos.

¡Cuán larga es la noche del tiempo ilimitado si se compara con el breve ensueño de la vida!

Cuando en otoño se observa el pequeño mundo de los insectos y se ve que uno se prepara un lecho para dormir el pesado y largo sueño del invierno, que otro hace su capullo para pasar el invierno en estado de crisálida y renacer un día de primavera con toda su juventud y en toda su perfección, y, en fin, que la mayoría deç ellos, al tratar de tomar descanso en brazos de la muerte, se contentan con poner cuidadosamente sus huevecillos en un nuevo ser, ¿qué otra cosa es esto sino la doctrina de la inmortalidad, enseñada por la naturaleza? Esto quiere darnos a entender que entre el sueño y la muerte no hay diferencias radicales, que ni el uno ni la otra ponen en peligro la existencia. El cuidado con que el insecto prepara su celdilla, su agujero, su nido, así como el alimento para la larva que ha de nacer en la primavera próxima, y hecho esto, muere tranquilo, parécese en todo al cuidado con que un hombre coloca en orden por la noche sus vestidos y dispone su desayuno para la mañana siguiente, y luego se va a dormir en paz. Y esto no podría suceder si el insecto que ha de morir en otoño, considerado en sí mismo y en su verdadera esencia, no fuese idéntico al que ha de desarrollarse en primavera; lo mismo que el hombre que se acuesta es el que después se levanta.

Mirad vuestro perro: ¡qué tranquilo y contento está! Millares de perros han muerto antes de que este viniese a la vida. Pero la desaparición de todos aquellos no ha tocado para nada la idea del perro; esta idea no se ha oscurecido por su muerte. He aquí por qué vuestro perro está tan fresco, tan animado por fuerzas juveniles, como si este fuera su primer día y no hubiese de tener término; a través de sus ojos brilla el principio indestructible que hay en él, el archæus.

¿Qué es, pues, lo que la muerte ha destruido a través de millares de años? No es el perro: ahí está, delante de vosotros, sin haber sufrido detrimento alguno. Sólo su sombra, su figura, es lo que la debilidad de nuestro conocimiento no puede percibir sino en el tiempo.

Por su persistencia absoluta, la materia nos asegura una indestructibilidad, en virtud de la cual quien fuere incapaz de concebir otra podría consolarse con la idea de cierta inmortalidad. «¿Qué? —se dirá—. La persistencia de un puro polvo, de una materia bruta, ¿sería esto la continuidad de nuestro ser?».

¿Pero conocéis ese polvo, sabéis lo que es y lo que puede? Antes de menospreciarlo, aprended a conocerlo. Esta materia, que no es más que polvo y ceniza, disuelta muy pronto en el agua, va a convertirse en un cristal, a brillar con el brillo de los metales, a producir chispas eléctricas, a manifestar su poder magnético…, a modelarse en plantas y animales, y a desarrollar en fin, en su seno misterioso, esa vida cuya pérdida atormenta tanto a vuestro limitado espíritu. ¿No es nada, pues, el perdurar bajo la forma de esta materia? No conocemos mayor juego de dados que el juego del nacimiento y de la muerte; preocupados, interesados, ansiosos hasta el extremo, asistimos a cada partida, porque a nuestros ojos todo va puesto en ella. Por el contrario, la naturaleza, que no miente nunca, la naturaleza, siempre franca y abierta, se expresa acerca de este asunto de una manera muy diferente: dice que nada le importan la vida o la muerte del individuo; esto lo expresa entregando la vida del animal y también la del hombre a menores azares, sin hacer ningún esfuerzo para salvarlos. Fijaos en el insecto que va por vuestro camino: el menor extravío involuntario de vuestros pies decide su vida o su muerte. Ved el limaco de los bosques, desprovisto de todo medio de huir, defenderse, engañar, ocultarse, presa expuesta al primero que llegue; ved el pez, cómo juega libre de inquietudes dentro de la red aún abierta; la rana, a quien su lentitud impide huir y salvarse; el ave a la vista del halcón que se yergue sobre ella y a quien no ve; la oveja, espiada por el lobo oculto en el bosque: todas esas víctimas, débiles, inermes, imprudentes, vagan en medio de ignorados riesgos que a cada instante las amenazan. La Naturaleza, al abandonar así sin resistencia sus organismos, obras de un arte infinito, no sólo a la avidez del más fuerte, sino al azar más ciego, al humor del primer imbécil que pasa, a la perversidad del niño; la Naturaleza expresa así, con su estilo lacónico, de oráculo, que le es indiferente el anonadamiento de esos seres, que no puede perjudicarla, que nada significa, y que en tales casos tan indiferente es la causa como el efecto…

Así pues, cuando esta madre soberana y universal expone a sus hijos sin escrúpulo alguno a mil riesgos inminentes, sabe que al sucumbir, caen otra vez en su seno, donde los tiene ocultos; su muerte no es más que un retozo, un jugueteo. Lo mismo le sucede al hombre que a los animales. El oráculo de la Naturaleza se extiende a nosotros; nuestra vida o nuestra muerte no la conmueven y no debieran emocionarnos, porque nosotros también formamos parte de la Naturaleza.

Estas consideraciones nos traen a nuestra propia especie. Y si miramos adelante, hacia un porvenir muy remoto, y tratamos de representarnos las generaciones futuras, con sus millones de individuos humanos diferentes de nosotros en usanzas y costumbres, nos hacemos estas preguntas: ¿De dónde vendrán todos? ¿Dónde están ahora? ¿Dónde se halla el amplio seno de la nada, preñado del mundo, que aún guarda las generaciones venideras? Pero ante estas preguntas hay que sonreírse y responder: no puede estar sino donde toda realidad ha sido y será, en el presente y en lo que contiene; por consiguiente, en ti, preguntón insensato, que desconoces tu propia esencia y te pareces a la hoja en el árbol cuando, marchitándose en otoño y pensando en que se ha de caer, se lamenta de su caída y no quiere consolarse a la vista del fresco verdor con que se engalanará el árbol en la primavera, dice gimiendo: «No seré yo, serán otras hojas». ¡Ah, hoja insensata! ¿Adonde quieres ir, pues, y de dónde podrían venir las otras hojas? ¿Dónde está esa nada, cuyo abismo temes? Reconoce, pues, tu mismo ser en esa fuerza íntima, oculta, siempre activa, del árbol, que a través de todas sus generaciones de hojas no es atacado ni por el nacimiento ni por la muerte. ¿No sucede con las generaciones humanas como con las de las hojas?


Fuente:

https://www.bloghemia.com/2020/08/metafisica-de-la-muerte-por-arthur.html


El espacio y la vibración

 La evolución de la ciencia y los registros akashicos

martes, 4 de agosto de 2020

Antigua Grecia

 Batallas:  Las Termópilas y Salamina

Cuando Jerjes y su ejército llegaron a las Termópilas creyeron empresa fácil arrollar aquel insignificante destacamento; pero Leónidas y su puñado de valientes se mantuvieron firmes. No había manera de romper la línea de espadas griegas. Durante tres días los persas atacaron sin cesar, perdiendo muchos centenares de hombres, en vano.

Finalmente, un pastor griego llamado Sfialtes guió al ejercito invasor a través de las montañas y Leónidas y sus hombres se encontraron atacados por delante y por detras. Uno por uno, todos murieron valerosamente en sus puestos. Habían dado al mundo el ejemplo mas grande de valor y sacrificio por la patria. Y, el lugar donde fueron inmolados, la severa Esparta hizo este epitafio: "Extranjero, ve y di a los lacedemonios que aqui hemos muerto obedeciendo sus ordenes."


Mientras se desarrollaba este trágico episodio, los barcos griegos se enfretaban a la armada de Jerjes. Una tormenta había destrozado más de doscientos barcos persas. Los marinos griegos, más expertos, regresaron indemnes a Atenas y anclaron sus barcos en la bahía de Salamina.

Nada podía detener al ejército persa una vez franqueadas las Termópilas. Cayó sobre Atica como un vendaval. Los atenienses abandonaron su ciudad y buscaron refugio en las montañas o en las islas de la bahía. Al mirar hacia atrás podían ver el humo y las llamas que consumían a la hermosa Atenas, totalmente destruida por Jerjes.

Los marinos griegos estaban completamente abatidos. La flota espartana quería retirarse, y algunas naves así lo hicieron. Pero Temístocles, viendo aquella era su última oportunidad, hizo que un marino griego, fingiéndose desertor, pasara a la nave capitana de los persas, para informarles que la escuadra griega, derrotada, se disponía a emprender la huida. Para impedirlo, el rey persa ordenó a su flota que atacase a los griegos.


Las aguas cercanas al Atica son estrechas, de poco fondo y llenas de escollos a causa de la profusión de la islas, así que los persas, que no eran marinos muy expertos, se vieron en apuros para maniobrar sin chocar con las costas ni entre sí. Cuando las ligeras naves griegas se arrojaron sobre ellos, aumentó el desorden; unos barcos persas fueron lanzados contra otros, los mástiles se quebraron, los marineros cayeron al mar, y reinó el desconcierto.

Por ambas partes se luchó ferozmente. Los griegos atacaban sin cesar arrojando a sus enemigos al agua, persiguiéndolos a lanzazos sobre las resbaladizas cubiertas y llevándolos a la muerte o a la rendición. Al caer la noche, la flota persa estaba vencida; sus barcos habían sido capturados, habían naufragado o se habían dado a la fuga. Esta fue la batalla de Salamina -480 A.C,- unas de las acciones navales más famosas.

Temístocles tuvo entonces en sus manos la posibilidad de interceptar en el Helesponto el aprovisionamiento de los ejércitos de Jerjes. Pero los demás griegos no quisieron secundarlo, y la oportunidad se perdió. El rey persa regreso apresuradamente a Asia y dejó a Mardonió, con 50.000 hombres, para que pasase el invierno en Tesalia.

Temístocles

Al año siguiente -479 A.C.- los persas hicieron su último esfuerzo por conquistar a Grecia. Un ejército de 30,000 griegos se enfrento a Mardonio en Platea y, en una terrible batalla, las lanzas griegas volvieron a vencer a los arcos asiáticos. el diezmado ejército regresó a Asia para no volver jamas.


Nueva Enciclopedia Tematica: Prehistoria, Historia Antigua. Panamá, Editorial Richards, S.A. 1963.