sábado, 1 de junio de 2024

Poemas


TRES POEMAS SOBRE EL MISTERIO DEL ANTES Y EL NACIMIENTO




POR: ALEJANDRO MASSA VARELA 


COMPARTIMOS TRES DE LOS MEJORES POEMAS SOBRE EL ANTES DEL SIEMPRE Y EL A PARTIR DE QUE ES UNA CONCEPCIÓN EN FUTURO. NACER, HABER NACIDO, SEGUIR NACIENDO. ESTAS SON LAS PALABRAS AL RESPECTO DE LOS POETAS LOUIS MACNEICE, KO UN Y LOUISE GLÜCK.

Todos los niños mitifican su nacimiento. Es un rasgo universal. ¿Quieres conocer a alguien? ¿Corazón, mente y alma? Pídele que te cuente cuándo nació. Lo que obtendrás no será la verdad: será una historia. Y nada es más revelador que una historia.


Estas palabras de la novelista británica Diane Setterfield nos recuerdan que nuestra relación con lo enigmático es en términos de realidad. No solo podemos llegar a encontrar algo así e incorporarlo. Lo enigmático es un poder que no logra agotar ningún tiempo o espacio, por eso no coincide con una interpretación, sino con un testimonio inventado, una mirada sobre la invención que puede incorporarnos sin saberlo, rodeados de saberes más exactos.


No hay nada más enigmático que haber nacido. Esto es irrevocable y retroactivo, altera al futuro y al comienzo. Y, sin embargo, ¿qué se puede decir de cuando empezó el presente? ¿Es lo mismo haber nacido que nacer? Solo sé que vuelvo a empezar una y otra vez la historia de cómo fue. O tan solo vuelvo a realizar una unión de palabras que no incluyen al enigma. Mejor que la narrativa, la poesía responde a ese elemento que resume al sistema de lo dicho del que no es parte. Por eso en Pijama Surf presentamos tres poemas de tres autores sobre haber nacido y seguir concibiendo lo que está antes, aquello que siempre intentará presentarse:




Aún no he nacido; escúchame.

No dejes que el vampiro o la rata, la comadreja

o el ghoul con pata de palo se me acerquen.


Aún no he nacido; consuélame.

Temo que la humanidad me encierre en altos muros

con fuertes drogas me narcotice,

con sabias mentiras me engañe,

en negros bastidores me torture,

en baños de sangre me hunda.


Aún no he nacido; dame

agua que me arrulle, hierba que crezca para mí, árboles

que me hablen, cielos que me canten, aves y una luz blanca

en el abismo de mi cabeza para orientarme.


Aún no he nacido; perdóname

por los pecados que el mundo cometa en mí,

por mis palabras cuando hablen por mí;

mis pensamientos cuando me piensen,

por mi traición en manos de traidores más allá de mí,

por mi vida cuando asesine con mis manos,

por mi muerte cuando me vivan.


Aún no he nacido; ensáyame

en los roles que me toque actuar y las señas que deba entender

cuando los viejos me den cátedra,

los burócratas me intimiden,

las montañas me desdeñen, los amantes se burlen,

las blancas olas me llamen a la locura,

y el desierto a la estupidez

y el mendigo rechace mi limosna

y mis hijos me maldigan.


Aún no he nacido; escúchame,

no dejes que el hombre que es bestia o se cree Dios

se me acerque.


Aún no he nacido; lléname

de fuerza para hacer frente a aquellos que querrán congelar mi humanidad,

convertirme en un autómata letal,

volverme un engranaje de la máquina,

una cosa con cara, una cosa,

y contra todos quienes busquen quebrar mi integridad,

quieran soplarme como a una mala hierba,

de aquí para allá, de aquí para allá,

sostenerme como agua entre las manos.


No dejes que me conviertan en piedra ni dejes que me derramen.

De otro modo, mátame.


–Louis MacNeice, poeta irlandés.


 


Bebé


    Antes de tu nacimiento

              antes que tu padre

              antes que tu madre


tu balbuceo ya estaba ahí


–Ko Un, poeta surcoreano.


 


Hubo una guerra entre el bien y el mal.

Decidimos llamar bueno al cuerpo.


Eso hizo que la muerte fuera mala.

Puso al alma

completamente en contra de la muerte.


Como un soldado de infantería que desea

servir a un gran guerrero, el alma

quería ponerse del lado del cuerpo.


Se volvió contra la oscuridad,

contra las formas de muerte

que reconocía.


¿De dónde viene la voz

que dice supongamos que la guerra

es mala, que dice


Supongamos que el cuerpo nos hiciera esto,

que nos hiciera temer el amor.


–Louise Glück, Premio Nobel estadounidense.


Cortesia de Pijama Surf

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