— Tom Chi

La idea de que todos estamos interconectados es muy poderosa. Desde hace siglos, muchas personas han creído que todos somos uno. Así lo enseñan muchas religiones y doctrinas espirituales. 

Pero para creer realmente en ello, ya no es necesario aferrarse a la espiritualidad o a la religión. Lo ha demostrado la ciencia moderna: todos estamos interconectados, y todos y cada uno de nosotros somos necesarios. 

Vuélvelo a leer si es necesario: la idea de un mundo unificado ya no es cosa de la fe ni del misticismo. 

Tom Chi, inventor y co-fundador de Google X, lo explicó en una conferencia reveladora que tuvo lugar en el A-fest de México, en 2016.

Pero no partió del punto de vista de fe, o de “si esto fuera verdad”. Ni siquiera se basó en el conocimiento espiritual, como hacen autores como el Reverendo Michael Beckwith y Neale Donald Walsch.

Tom Chi abordó el tema de la interconectividad partiendo exclusivamente desde el conocimiento y la investigación científica.

Habló acerca de los tres elementos que demuestran que todos somos uno: las pruebas de que la interconectividad es real se encuentran: 1) en nuestro corazón, 2) en nuestra respiración, y 3) en nuestra mente. 
Esto es lo que hemos aprendido al respecto: 

3 hechos científicos que prueban que todos estamos conectados


1. El átomo de hierro que hace latir a nuestros corazones.

¿Cómo puede un solo átomo de hierro demostrar nuestra interconectividad?

A primera vista, puede parecer que no es una prueba contundente. 

Pero según afirma Tom Chi, este átomo es clave, ya que demuestra que todos provenimos de la misma docena de estrellas. 

Verás, nuestra sangre contiene una molécula llamada la molécula de hemoglobina de mamíferos. Cada una puede unir hasta cuatro moléculas de oxígeno. Y, en el centro de esta molécula, los científicos han descubierto un único átomo de hierro. 

Gracias a este átomo en específico, nuestros corazones pueden bombear sangre por nuestras venas. Sin el hierro, la unión con el oxígeno sería imposible. 

Esto resulta bastante interesante, ya que el hierro solo puede tener un lugar de origen: las estrellas. De hecho, se crea únicamente durante las supernovas y en estrellas supergigantes, según explicó Tom Chi. 

Nuestra galaxia se encuentra entre otras cientos de miles de galaxias en Laniakea, que chocan entre sí en su continua expansión.Significa que la Tierra, nosotros y todos los seres vivos podemos existir gracias a los choques de galaxias.
Si las galaxias no chocaran entre sí, no podría existir el hierro, y sin él no existiría la Tierra, ni podría latir ningún corazón.
— Tom Chi

2. Los organismos que conectan nuestra respiración.

Otra forma en que la ciencia demuestra que todos estamos conectados tiene que ver con otro fenómeno que nos mantiene vivos: nuestra respiración.

 Seguramente sabrás que hace 3.000 millones de años no había oxígeno en este planeta. En su charla, Tom Chi explica cómo el oxígeno se originó de un organismo unicelular: las cianobacterias, también conocidas como algas verde-azuladas.

Antes de que las las algas comenzaran a realizar el proceso que ahora llamamos fotosíntesis, mediante el cual se convierte la luz solar en oxígeno, la respiración no era posible en nuestro planeta. De hecho, pasaron otros 2.000 millones de años antes de que se pudiera formar la capa de ozono, dando lugar al nacimiento de las  plantas terrestres y la formación de los primeros organismos pluricelulares en los océanos.

 Pero aquellas diminutas bacterias que crearon la atmósfera en la que ahora vivimos y respiramos no nos han abandonado. Vemos el legado de las algas verde-azuladas en el color verde de las plantas modernas. 

 Tom Chi explica: «Cada vez que exhalamos, alguna de estas plantas va a absorber esos gases y exhalárnoslos de vuelta a nosotros». Han sido, y siempre serán (o al menos en un futuro cercano), la otra mitad de nuestros pulmones.

 Es a través de este proceso que todas nuestras respiraciones están conectadas.

3. Las estructuras cambiantes de nuestros cerebros.

La estructura cambiante de nuestros cerebros es otra manera en la que se demuestra la interconectividad de la vida.

 Cada uno de nosotros ha nacido en un mundo con determinadas posibilidades. Todo lo que es posible hoy está basado en los pensamientos de las personas de hoy día, así como del cúmulo de pensamientos de generaciones pasadas.

 Tom Chi se refiere a esto como «colores en una paleta».

 Lo que existe hoy en día y todo lo que es posible son los colores con los que puedes trabajar. Pero lo verdaderamente importante es que, según Tom Chi, tú también puedes añadir colores. 

 Por ejemplo, los creadores del piano añadieron un nuevo color. Y los creadores de internet, añadieron otro. 

Pero no todos tenemos que inventar algo para añadir a la paleta de colores. También podemos simplemente ser de cierta manera.

 A través de nuestras relaciones o nuestra forma de ser podemos aportar algo valioso, tanto a las generaciones actuales como a las futuras. Nuevos pensamientos, nuevas estructuras cerebrales, nuevas formas de ser, sobre las que ellos podrán seguir construyendo.

 Siendo el universo tan grande como es, a veces podemos llegarnos a sentir muy pequeños e insignificantes. Pero ese pensamiento de que «el universo es enorme, y yo soy irrelevante», no sólo es deprimente, sino que según Chi, es completamente incierto.

 Cada persona influye en sus amigos y familiares, quienes a su vez influyen en la sociedad en la que viven, lo que a su vez repercute en la biósfera, y así sucesivamente.

 «Si un pequeño organismo como el alga verde-azulada puede crear algo tan hermoso como el mundo en el que vivimos hoy en día», dice Tom Chi, «no subestimes lo que tú como ser humano puedes hacer, con la misma paciencia y dedicación».

                                      
                                             



Fuente:
https://es.mindvalley.com/blog/tom-chi/?utm_source=email&utm_campaign=transformational_funnel_spanish&utm_content=email03&mpweb=583-7956089-748147921