domingo, 28 de marzo de 2021

DW | Documental

Importancia de la educación en la primera infancia 


Bertrand Russell

 EL MIEDO A PENSAR 


El ser humano teme al pensamiento más de lo que teme a cualquier otra cosa del mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte.


El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado.


Pero si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo. Es el miedo el que detiene al ser humano, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habían supuesto.


¿Va a pensar libremente el trabajador sobre la propiedad? Entonces, ¿qué será de nosotros, los ricos? ¿Van a pensar libremente los muchachos y las muchachas jóvenes sobre el sexo? Entonces, ¿qué será de la moralidad? ¿Van a pensar libremente los soldados sobre la guerra? Entonces, ¿qué será de la disciplina militar?



¡Fuera el pensamiento!


¡Volvamos a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro!


Es mejor que los seres humanos sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa.


Así arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y así actúan en las iglesias, escuelas y universidades.


En la vida cotidiana de la mayoría de las personas el miedo desempeña un papel de mayor importancia que la esperanza; están preocupadas pensando más en lo que los otros les puedan quitar que en la alegría que pudiesen crear en sus propias vidas y en las vidas de los que están en contacto con ellas.


No es así como hay que vivir. Aquellos cuyas vidas son provechosas para ellos mismos, para sus amigos o para el mundo, están inspirados por una esperanza y sostenidos por la alegría; ven en su imaginación las cosas como pudieran ser y el modo de realizarlas en el mundo.


En sus relaciones particulares no se preocupan de encontrar el cariño o respeto de que son objeto; están ocupados en amar y respetar libremente, y la recompensa viene por sí, sin que ellos la busquen. En su trabajo no tienen la obsesión de los celos por sus rivales, sino que están preocupados con la cosa actual que tienen que hacer. No gastan en política, tiempo ni pasión defendiendo los privilegios injustos de su clase o nación; tienen por finalidad hacer el mundo en general más alegre, menos cruel, menos lleno de conflictos entre doctrinas rivales y más lleno de seres humanos que se hayan desarrollado libres de la opresión que empequeñece y frustra.


Muchos hombres y mujeres desearían servir a la Humanidad, pero están perplejos y su poder parece infinitesimal.  La desesperación se apodera de ellos; los que tienen las pasiones más fuertes sufren más por el sentido de su impotencia y están más propensos a la ruina espiritual por falta de esperanza.


En tanto que creamos solamente en el inmediato futuro, no es mucho lo que podemos hacer.


No podemos destruir el excesivo poder del Estado o de la propiedad privada.


No podemos, en estos momentos y entre nosotros, llevar una nueva vida a la educación.


Debemos reconocer que el mundo está gobernado con un espíritu erróneo y que un cambio de espíritu no puede venir de un día a otro.


Debemos poner nuestras esperanzas en el mañana, tiempo en que lo que se piensa hoy por unos pocos sea el pensamiento común de muchos.


Si tenemos valor y paciencia podemos pensar los pensamientos y sentir las esperanzas porque, más pronto o más tarde, serán inspirados los hombres, y la debilidad y el desaliento se convertirán en energía y ardor.


Por esta razón, lo primero que debemos hacer es ser claros en nuestras propias mentes en cuanto a la clase de vida que creemos buena y a la clase del cambio que deseamos en el mundo.


Bertrand Russell: Principios de Reconstrucción Social. Londres (1916)



Bloghemia



Mente

 Bruce Lipton: Los pensamientos también pueden curar enfermedades


Gracias a sus descubrimientos se ha demostrado que los medicamentos por sí solos pueden causar muchos problemas en el cuerpo, pues la farmacología no entiende las interrelaciones de toda la bioquímica del organismo.


En concordancia con una nueva ola de la medicina, en donde se busca reducir los niveles de toxicidad farmacológica como un plan de cuidado orientado hacia el cuerpo y el medio ambiente, Bruce Lipton declaró la importancia de unir la ciencia y el espíritu. Este hombre, doctor en biología celular y pionero en la investigación con células madre, explica la influencia de las experiencias vivenciales en la expresión fenotípica o genética –la epigenética–.


Gracias a sus descubrimientos se ha demostrado que los medicamentos por sí solos pueden causar muchos problemas en el cuerpo, pues la farmacología no entiende las interrelaciones de toda la bioquímica del organismo:


Cuando tomo una pastilla química y la introduzco en mi cuerpo, no sólo afecta a aquel lugar donde tengo el problema, sino que afecta a muchas otras cosas a la vez. Son los llamados ‘efectos secundarios’. Pero, en realidad, no son secundarios sino directos. [Los científicos] No entienden que el efecto de las drogas no sólo crea un efecto, sino múltiples.


Su investigación lo ha llevado a correlacionar las 50 trillones de células y el entorno celular –la sangre–, en donde la composición de la sangre cambia el destino de la célula. Es decir que la sangre controla el sistema nervioso, creando una química diferente según el sistema exterior, como si la célula y la totalidad del ser humano fueran la misma cosa. Por ello, explica Lipton, “si pongo al ser humano en un entorno nocivo, igual que la célula, también se enferma. Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana”. La medicina farmacológica que culpa a las células por la enfermedad y trata de cambiar su química, no produce nada más que el consumo excesivo de un tóxico. El problema es el entorno, “y si cambias a la persona de entorno, sin medicamentos, el cerebro cambia la química. El cerebro de la célula y el de la persona leen y entienden el entorno”.




Sin embargo, las cosas no son tan fáciles como se pintan, pues puede suceder que se viva en un entorno muy sano pero la mente lo interprete como uno negativo o perjudicial. En consecuencia, se crea una química que provocará que el cuerpo se enferme: “Si metes un programa con errores en la mente, entonces la química que genera no está en armonía con la vida”. Es así como funciona el efecto placebo:


Cambio mi creencia y pienso que esto me va a sanar, tomo una píldora porque creo que esto me va a traer salud, y me mejora y me sana, pero la píldora podría ser de azúcar, en realidad no ha hecho nada, han sido mis creencias. Y a eso lo llamamos pensamientos positivos y efecto placebo.


Como resultado, Lipton se rebeló en contra de la medicina tradicional, “porque los médicos no saben cómo funcionan las células”. Para él, la mente es energía: “cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química”. De ahí el nombre de “medicina cuántica”, pues la ciencia más reciente indica que el cuerpo responde a la física cuántica, no a la newtoniania:


la medicina dice que quiere cambiar la química del organismo con drogas y la nueva medicina dice que hay que cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es mucho más poderosa, porque responde al campo energético antes que al físico.


Se trata de entender que las propias creencias, más que un medicamento de emergencia, son un estilo de vida que se convierte en un campo energético, una transmisión y una señal que es capaz de cambiar el organismo: “Y así es como funcionaba la sanación antes del desarrollo de la medicina. La gente sanaba con los chamanes, con las manos… pero eso no puede vender y por eso la medicina no quiere ir por ese camino”. Lipton agrega: “En realidad, no es que sea positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el médico te dice que tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, crearás la química que generará cáncer. Por lo tanto, el problema no es tanto el entorno real sino lo que tú interpretas”.





lunes, 22 de marzo de 2021

Emil Cioran

 EL ORIGEN DEL FANATISMO 


"Me basta escuchar a alguien hablar sinceramente de ideal, de porvenir, de filosofía, escucharle decir «nosotros» con una inflexión de seguridad, invocar a los «otros» y sentirse su intérprete, para que le considere mi enemigo. - Emil Cioran

                            

 Texto del filósofo y ensayista rumano-francés Emil Cioran, publicado originalmente en el libro "Précis de décomposition" 


En sí misma, toda idea es neutra o debería serlo, pero el hombre la anima, proyecta en ella sus llamas y sus demencias; impura, transformada en creencia, se inserta en el tiempo, adopta figura de suceso: el paso de la lógica a la epilepsia se ha consumado…


Así nacen las ideologías, las doctrinas y las farsas sangrientas. Idólatras por instinto, convertimos en incondicionados los objetos de nuestros sueños y de nuestros intereses. La historia no es más que un desfile de falsos Absolutos, una sucesión de templos elevados a pretextos, un envilecimiento del espíritu ante lo Improbable. Incluso cuando se aleja de la religión, el hombre permanece sujeto a ella; agotándose en forjar simulacros de dioses, los adopta después febrilmente: su necesidad de ficción, de mitología, triunfa sobre la evidencia y el ridículo. Su capacidad de adorar es responsable de todos sus crímenes: el que ama indebidamente a un dios obliga a los otros a amarlo, en espera de exterminarlos si rehúsan. No hay intolerancia, intransigencia ideológica o proselitismo que no revelen el fondo bestial del entusiasmo. Que pierda el hombre su facultad de indiferencia: se convierte en asesino virtual; que transforme su idea en dios: las consecuencias son incalculables. No se mata más que en nombre de un dios o de sus sucedáneos: los excesos suscitados por la diosa Razón, por la idea de nación, de clase o de raza son parientes de los de la Inquisición o la Reforma. Las épocas de fervor sobresalen en hazañas sanguinarias: Santa Teresa no podía por menos de ser contemporánea de los autos de fe y Lutero de la matanza de los campesinos. En las crisis místicas, los gemidos de las víctimas son paralelos a los gemidos del éxtasis… Patíbulos, calabozos y mazmorras no prosperan más que a la sombra de una fe, de esa necesidad de creer que ha infestado el espíritu para siempre. El diablo palidece junto a quien dispone de una verdad, de su verdad. Somos injustos con los Nerones o los Tiberios: ellos no inventaron el concepto de herético: no fueron sino soñadores degenerados que se divertían con las matanzas. Los verdaderos criminales son los que establecen una ortodoxia sobre el plano religioso o político, los que distinguen entre el fiel y el cismático. 


En cuanto rehusamos admitir el carácter intercambiable de las ideas, la sangre corre… Bajo las resoluciones firmes se yergue un puñal; los ojos llameantes presagian el crimen. Jamás el espíritu dubitativo, aquejado del hamletismo, fue pernicioso: el principio del mal reside en la tensión de la voluntad, en la ineptitud para el quietismo, en la megalomanía prometeica de una raza que revienta de ideal, que estalla bajo sus convicciones y la cual, por haberse complacido en despreciar la duda y la pereza —vicios más nobles que todas sus virtudes—, se ha internado en una vía de perdición, en la historia, en esa mezcla indecente de banalidad y apocalipsis… Las certezas abundan en ella: suprimidlas y suprimiréis sobre todo sus consecuencias: reconstituiréis el paraíso. ¿Qué es la Caída sino la búsqueda de una verdad y la certeza de haberla encontrado, la pasión por un dogma, el establecimiento de un dogma? De ello resulta el fanatismo —tara capital que da al hombre el gusto por la eficacia, por la profecía y el terror—, lepra lírica que contamina las almas, las somete, las tritura o las exalta… No escapan más que los escépticos (o los perezosos y los estetas), porque no proponen nada, porque —verdaderos bienhechores de la humanidad— destruyen los prejuicios y analizan el delirio. Me siento más seguro junto a un Pirrón que junto a un San Pablo, por la razón de que una sabiduría de humoradas es más dulce que una santidad desenfrenada. En un espíritu ardiente encontramos la bestia de presa disfrazada; no podríamos defendernos demasiado de las garras de un profeta… En cuanto eleve la voz, sea en nombre del cielo, de la ciudad o de otros pretextos, alejaos de él: sátiro de vuestra soledad, no os perdona el vivir más acá de sus verdades y sus arrebatos; quiere haceros compartir su histeria, su bien, imponérosla y desfiguraros. Un ser poseído por una creencia y que no buscase comunicársela a otros es un fenómeno extraño a la tierra, donde la obsesión de la salvación vuelve la vida irrespirable. Mirad en torno a vosotros: Por todas partes larvas que predican; cada institución traduce una misión; los ayuntamientos tienen su absoluto como los templos; la administración, con sus reglamentos: metafísica para uso de monos… Todos se esfuerzan por remediar la vida de todos: aspiran a ello hasta los mendigos, incluso los incurables; las aceras del mundo y los hospitales rebosan de reformadores. El ansia de llegar a ser fuente de sucesos actúa sobre cada uno como un desorden mental o una maldición elegida. La sociedad es un infierno de salvadores. Lo que buscaba Diógenes con su linterna era un indiferente…


Me basta escuchar a alguien hablar sinceramente de ideal, de porvenir, de filosofía, escucharle decir «nosotros» con una inflexión de seguridad, invocar a los «otros» y sentirse su intérprete, para que le considere mi enemigo. Veo en él un tirano fallido, casi un verdugo, tan odioso como los tiranos y los verdugos de gran clase. Es que toda fe ejerce una forma de terror, tanto más temible cuanto que los «puros» son sus agentes. Se sospecha de los ladinos, de los bribones, de los tramposos; sin embargo, no sabríamos imputarles ninguna de las grandes convulsiones de la historia; no creyendo en nada, no hurgan vuestros corazones, ni vuestros pensamientos más íntimos; os abandonan a vuestra molicie, a vuestra desesperación o a vuestra inutilidad; la humanidad les debe los pocos momentos de prosperidad que ha conocido; son ellos los que salvan a los pueblos que los fanáticos torturan y los «idealistas» arruinan. Sin doctrinas, no tienen más que caprichos e intereses, vicios acomodaticios, mil veces más soportables que el despotismo de los principios; porque todos los males de la vida vienen de una «concepción de la vida». Un hombre político cumplido debería profundizar en los sofistas antiguos y tomar lecciones de canto; y de corrupción… 


El fanático es incorruptible: si mata por una idea, puede igualmente hacerse matar por ella; en los dos casos, tirano o mártir, es un monstruo. No hay seres más peligrosos que los que han sufrido por una creencia: los grandes perseguidores se reclutan entre los mártires a los que no se ha cortado la cabeza. Lejos de disminuir el apetito de poder, el sufrimiento lo exaspera; por eso el espíritu se siente más a gusto en la sociedad de un fanfarrón que en la de un mártir; y nada le repugna tanto como ese espectáculo donde se muere por una idea… Harto de lo sublime y de carnicerías, sueña con un aburrimiento provinciano a escala universal, con una Historia cuyo estancamiento sería tal que la duda se dibujaría como un acontecimiento y la esperanza como una calamidad…


Bloghemia

jueves, 18 de marzo de 2021

Estar inspirado


Cada día es un nuevo comienzo

 

Manlio Dinucci

 Por qué la OTAN destruyó Libia ‎hace 10 años‎


Aunque el Pentágono ya había emprendido su estrategia de destrucción de todos ‎los Estados en los países del Medio Oriente ampliado, la destrucción de Libia fue ‎resultado de una maniobra urgente de orden financiero. ‎

Alain Juppé, ministro de Exteriores de Francia, en el momento de la agresión militar de Estados Unidos ‎y la OTAN contra Libia.‎

Hace 10 años, el 19 de marzo de 2011, fuerzas militares de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN iniciaban ‎su campaña de bombardeos contra Libia. ‎


Aquella agresión contra un país soberano fue dirigida por Estados Unidos, inicialmente a través ‎del AfriCom (el mando de las fuerzas militares estadounidenses en África) y después a través de ‎la OTAN, que actuaba bajo las órdenes del Pentágono. ‎


En 7 meses, los aviones de Estados Unidos y de los países de la OTAN implicados en aquella ‎agresión realizaron 30,000 misiones contra Libia, entre ellas 10,000 misiones de ataque, ‎utilizando contra el pueblo libio más de 40,000 bombas y misiles. ‎


Italia, “gracias” al consenso multipartidista en el parlamento –con el Partido Democrático en ‎primera línea– participó en la guerra contra Libia poniendo a la disposición de la campaña de ‎bombardeos 7 bases aéreas (Trapani, Gioia del Colle, Sigonella, Decimomannu, Aviano, ‎Amendola y Pantelleria) y enviando además sus cazabombarderos Tornado, Eurofighter y otros ‎más, así como el portaviones Garibaldi y otros buques de la marina de guerra italiana. Pero desde mucho antes del inicio de la agresión aeronaval, una serie de grupos tribales así como grupos islamistas ‎hostiles al gobierno libio ya estaban recibiendo financiamiento y armas desde el exterior y ‎unidades de fuerzas especiales de diferentes países, principalmente de Qatar, habían sido ‎infiltradas en Libia para provocar enfrentamientos armados dentro de la Yamahiriya. ‎


Así fue destruido ese Estado africano que, como consta en la documentación del Banco Mundial ‎correspondiente al año 2010, mantenía «altos niveles de crecimiento económico», con un ‎aumento anual de su PIB de 7,5% y registraba «altos indicadores de desarrollo humano», como el ‎acceso universal a la escuela primaria y la instrucción secundaria y con más de un 40% de personas ‎incorporadas a estudios universitarios. ‎


A pesar de ciertos desequilibrios, el nivel de vida promedio de los libios era considerablemente ‎más alto que el de los demás países de África. Incluso 2 millones de inmigrantes, en su mayoría ‎africanos, encontraban trabajo en la Yamahiriya Árabe Libia. El Estado libio, que poseía las ‎mayores reservas de petróleo de toda África, además de grandes reservas de gas natural, dejaba ‎márgenes de ganancia limitados a las compañías extranjeras. ‎


Gracias a la exportación de recursos energéticos libios, la balanza comercial de la Yamahiriya ‎registraba un excedente anual de 27 000 millones de dólares. Con tamaños recursos, el Estado ‎libio había invertido en el exterior unos 150 000 millones de dólares. Las inversiones libias ‎en África eran fundamentales para el proyecto de la Unión Africana tendiente a la creación de ‎‎3 organismos financieros:

- el Fondo Monetario Africano, con sede en Yaundé (Camerún);

- el Banco Central Africano, con sede en Abuya (Nigeria);

- el Banco Africano de Inversiones, con sede en Trípoli (la capital libia).

Esos nuevos organismos financieros africanos debían crear a su vez un mercado común y una moneda ‎única para las naciones de África. ‎


No es casual que la guerra de la`OTAN contra Libia comenzara menos de 2 meses después de ‎la cumbre de la Unión Africana que había dado –el 31 de enero de 2011– luz verde a la creación, ‎durante aquel mismo año, del Fondo Monetario Africano. Así lo demuestran los correos ‎electrónicos de la secretaria de Estado de la administración Obama, Hillary Clinton, ‎posteriormente divulgados por WikiLeaks. ‎


El hecho es que Estados Unidos y Francia querían eliminar a Muammar el-Kadhafi antes de que ‎el líder libio utilizara las reservas de oro de su país para crear una moneda panafricana como ‎alternativa al dólar estadounidense y al franco CFA (la moneda que Francia impone desde 1945 a 14 de sus antiguas colonias africanas). ‎


Eso está demostrado por el hecho que, antes del inicio de los bombardeos en 2011, fueron ‎los bancos los que entraron en acción contra Libia apoderándose de los 150 000 millones de ‎dólares que el Estado libio tenía depositados en el extranjero y que en su mayor parte ‎‎“desaparecieron”. En ese descarado saqueo de los fondos libios se destaca nada más y ‎nada menos que Goldman Sachs, el todopoderoso banco de negocios estadounidense, que tuvo ‎como vicepresidente a Mario Draghi [el hoy jefe de gobierno de Italia]. ‎


Hoy en día, los ingresos de las exportaciones de hidrocarburos libios van a manos de los grupos ‎que se disputan el poder y de unas cuantas transnacionales extranjeras mientras que la población ‎libia trata de sobrevivir en medio de una situación caótica caracterizada por constantes ‎enfrentamientos armados entre diferentes facciones. ‎


Después de la caída de la Yamahiriya, los inmigrantes africanos, acusados de ser «mercenarios de ‎Kadhafi» fueron perseguidos, capturados y encerrados hasta en jaulas para animales, torturados ‎y asesinados. Hoy Libia se ha convertido en la principal vía de tránsito, ampliamente explotada por ‎traficantes de personas, de un caótico flujo migratorio hacia Europa que ya ha dejado más ‎víctimas que la guerra de 2011.


En la ciudad libia de Tawerga, las milicias islamistas de Misurata –las mismas que asesinaron a Kadhafi ‎en 2011–, respaldadas por la OTAN, procedieron a una limpieza étnica, obligando a ‎‎50 000 libios a huir de sus hogares, a los que nunca han podido regresar. ‎


Y de todo eso es responsable también el parlamento de Italia, que el 18 de marzo de 2011 ‎comprometió el gobierno a «adoptar toda iniciativa destinada a garantizar la protección de las ‎poblaciones de la región». De esa manera justificaron los parlamentarios italianos la ‎participación de Italia en la guerra contra Libia. ‎


Il Manifesto (Italia)


Red Voltaire

miércoles, 17 de marzo de 2021

Valeria Sabater

Negentropía: la estrategia para recuperar la energía y la armonía


La negentropía es el proceso inverso de la entropía, supone pasar del caos al equilibrio, a esa sensación de control y seguridad donde todo lo que nos rodea tiene mayor sentido. Este concepto heredado de la física puede aplicarse a la psicología.


Negentropía: la estrategia para recuperar la energía y la armonía



Pasar del caos al orden. Avanzar de la incerteza a la seguridad. Partir del desequilibrio al equilibrio relajante. ¿Cómo saltar de una dimensión a otra? La negentropía es un concepto surgido de la física que nos invita y nos propone realizar esa transformación tan necesaria a día de hoy. En un contexto marcado por lo imprevisible, necesitamos en la medida de lo posible cierta sensación de control.


Fue Erwin Schrödinger quien introdujo este concepto en su libro de divulgación científica de 1944 ¿Qué es la vida? En este trabajo, nos explicaba que la negentropía es lo opuesto a la entropía y que se define por un proceso que nos permite pasar de un desorden aleatorio a un orden previsible. La idea como tal no deja de ser interesante por múltiples razones.


De algún modo, buena parte de las cosas que realizamos a diario siguen el principio de negentropía. En ocasiones, el propio proceso de creación cumple esta pauta, ahí donde partir del desorden y de múltiples ideas inconexas para conformar de pronto algo con sentido y trascendencia. También nuestra vida cotidiana puede llevar a cabo ese salto, ese proceso de cambio.


Hay épocas en que todo lo que nos envuelve es desorden y hasta caos. Lograr una realidad más organizada nos permitiría sentirnos más competentes, eficaces y satisfechos con nosotros mismos.


La negentropía la estrategia para vencer el caos


Hay muchas formas en las que la entropía se instala en nuestra realidad diaria. Cuando procrastinamos, por ejemplo, todo nuestro universo personal deriva en ese abismo entrópico en el que todo es desorden, las tareas se acumulan y crece la ansiedad. Los padres que no ponen límites ni normas claras a sus hijos también evidencian este problema.


Asimismo, podríamos hablar a su vez de esas organizaciones que lejos de seguir un objetivo común, se rigen por intereses propios sin lograr nada y consiguiendo que se instale la frustración en toda la empresa. La entropía reina en múltiples escenarios, tanto individuales, como familiares y también laborales.


Por ello, y más allá del campo de la física y la termodinámica, las disciplinas de los sistemas sociales ya están ampliamente interesadas en este tema. Figuras, como la doctora Alison Carr-Chellman, decana de la Universidad de Dayton (Ohio), nos señalan que la negentropía es un espacio abierto a las múltiples disciplinas que nos permitiría maximizar el progreso humano en infinitos ámbitos. Para comprender mejor este concepto, vale la pena profundizar en una serie de características.


Negentropia: la energía no se pierde, se transforma

Richard Buckminster Fuller fue un teórico de sistemas, inventor y arquitecto que tomó el término de la negentropía introducido por Schrödinger para popularizarlo. Algo que nos enseñó es que la entropía es esa fuerza energética que tiende a desintegrar las cosas para dejarlas en su caos primordial.


Ahora bien, en la negentropía, la energía no disminuye ni desaparece, se limita a transformarse constantemente. Estamos, por tanto, ante un mecanismo autorregulador capaz de hacer que todo sistema sea más eficaz y sostenible. Por ejemplo, como ya hemos señalado anteriormente el acto de procrastinar es un claro ejemplo de energía entrópica.


En cambio, si aplicáramos esta teoría lo que se haría es transformar la energía que acumula esa persona que procrastina (miedo, ansiedad, estrés) para transformarla en algo nuevo (esperanza, confianza, eficacia).


Todo sistema (incluido el humano) está mediado por el entorno


Todos los sistemas abiertos interactúan en su medio. La negentropía nos dice que aquello que nos rodea puede darnos o quitarnos energía. De este modo, mientras la entropía todo lo desordena, el sistema negentrópico busca el orden y para ello intenta beneficiarse de esa energía del entorno que le genera ayuda y equilibrio.


Esto nos obliga a reflexionar en dos cosas. La primera es que todo nuestro entorno nos afecta para bien o para mal. La segunda es que si somos capaces de estar abiertos a energías positivas y transformadoras, lograremos ese impulso negentrópico.


Pasos para ganar en energía y eficacia según la negentropía

Lo señalábamos al inicio, esta idea extraída la termodinámica y la física puede aplicarse a cualquier escenario social. Las claves que la definen son tan inspiradoras como adecuadas para transformar positivamente nuestra realidad.


Así, expertos como la doctora Alison Carr-Chelman nos da las claves en un artículo para evitar la pérdida de la energía y lograr que nuestros entornos funcionen mejor. Estas serían las estrategias:

  • Identifica dónde está la entropía en tu vida. ¿Qué hace que pierdas tu motivación, armonía y energía.


  • Haz un listado de mayor a menor de aquello que más te estresa o te preocupa. De ese modo sabrás dónde debes situar primero la atención para ir mejorando tu vida cotidiana.


  • Traza un plan para ir afrontando aquello que te hace perder la energía. Por ejemplo, si tienes cosas pendientes que hacer o entregar, ponte a ello. Si hay un problema que te preocupa, resuélvelo. No dudes en pedir ayuda si lo necesitas (recibir retroalimentación positiva siempre es esencial).


  • Una vez hayas resulto esas molestias en tu vida, hay que mantener el equilibrio que has logrado.


Esta última estrategia, la de conservar la energía y el equilibrio es lo más importante de los sistemas negentrópicos. Para ello, hay que estar atento en todo momento para cuidar que la entropía no se instale nuevamente en nuestra vida…


La Mente Maravillosa



miércoles, 10 de marzo de 2021

Mundo avanzado

 Tecnología  +



Max Planck

Mente Brillante

 "La verdad nunca triunfa, sus oponentes simplemente se van muriendo."


"No tenemos el derecho de asumir que las leyes físicas existen o si han existido hasta ahora, que seguirán existiendo en el futuro de forma similar".


"Creo que la Consciencia es fundamental. Creo que todo asunto deriva de la Consciencia”. Todo lo que hablamos, todo lo que consideramos como existente, es dictado por la Consciencia”.


"No es la posesión de la verdad, sino el éxito que llega tras la búsqueda, donde el buscador se enriquece con ella".


"Toda hipótesis fecunda en resultados tiene su origen en alguna afortunada circunstancia que ha permitido realizar la observación siguiendo dos caminos distintos".


"El que ha llegado tan lejos como para dejar de confundirse, ya ha dejado también de trabajar".


"El miedo es para el espíritu tan saludable como el baño para el cuerpo".


"Para las personas creyentes, Dios está al principio; para los científicos, al final de todas las reflexiones".


¡LA CIENCIA NO PUEDE RESOLVER EL ÚLTIMO MISTERIO DE LA NATURALEZA. Y ESO SE DEBE A QUE, EN ÚLTIMA INSTANCIA, NOSOTROS MISMOS SOMOS UNA PARTE DEL MISTERIO QUE ESTAMOS TRATANDO DE RESOLVER!..


Max Planck (1858 - 1947)


Físico e inventor alemán, considerado el inventor de la teoría cuántica. En 1918 fue galardonado con el Premio Nobel de Física por su papel jugado en el avance de la física con el descubrimiento de la teoría cuántica.

domingo, 7 de marzo de 2021

Joseph Banks Rhine

 Más allá de la ciencia convencional

Byung-Chul Han

  LA ESTÉTICA DEL DESASTRE 

"El amor al yo todavía está determinado por la negatividad, en la medida en que devalúa y protege al Otro en favor de lo propio." .- Byung-Chul Han

                                    

Texto filósofo surcoreano  Byung-Chul Han, publicado por primera vez en su libro "Die Errettung des Schönen" 


En la Crítica de la razón práctica de Kant se encuentra la famosa sentencia que también está sobre su tumba: «Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes cuanto más reiterada y persistentemente se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado que está sobre mí y la ley moral que hay en mí». La ley moral tiene su sede en la razón. Tampoco el cielo estrellado representa un afuera, algo externo al sujeto, sino que se despliega en la interioridad de la razón. Etimológicamente, desastre significa «sin estrellas» (del latín des-astrum). En el cielo estrellado de Kant no aparece ningún desastre.


Kant no conoce el desastre. Ni siquiera los poderosos fenómenos naturales representan acontecimientos catastróficos. En presencia de la violencia natural, el sujeto se refugia en una interioridad de la razón que hace que todo lo externo aparezca pequeño. Kant se inmuniza permanentemente contra el afuera, el cual se sustrae a la interioridad autoerótica del sujeto. Todo debe conjurarse para que se encauce hacia el interior del sujeto: así reza el imperativo categórico de su pensamiento.


Según Hegel, la tarea del arte consiste «en transformar en ojo toda figura en todos los puntos de su superficie visible», «de modo que, en ese ojo, el alma libre se dé a conocer en su infinitud interior». La obra de arte ideal es un Argos de mil ojos, un espacio luminoso y viviente:


“O como exclama Platón en aquel famoso dístico dedicado a Aster: «Cuando miras las estrellas, estrella mía, ojalá fuera yo el cielo,/ para mirarte desde arriba con mil ojos»; el arte, de forma inversa, convierte cada una de sus configuraciones en un Argos de mil ojos, para que el alma interior y la espiritualidad sean vistos en todos sus puntos”


El espíritu mismo es un Argos de mil ojos que todo lo ilumina sin restricciones. El cielo de mil ojos del que habla Hegel se parece al cielo nocturno estrellado de Kant, que no se ve afligido por ningún des-astre, por ningún afuera. Tanto el «espíritu» de Hegel como la «razón» de Kant representan fórmulas conjuratorias contra el desastre, contra el afuera, contra lo completamente distinto.


Como ausencia de estrellas, el desastre irrumpe en el «espacio estrellado». Es la «enajenación radical», el afuera que quebranta la interioridad del espíritu: «No diré que el desastre es absoluto: por el contrario, desorienta lo absoluto, va y viene, desconcierto nónuda, sin embargo con la brusquedad insensible pero intensa de lo exterior». El desastre caracteriza otra forma de expectación que se distingue del «Argos de mil ojos» de Hegel: «Cuando digo: vela el desastre, no es para dar un sujeto a la vela, sino para decir: la vela no sucede bajo un cielo sideral». El desastre significa «estar separado de la estrellas»


El cielo vacío como contrafigura del cielo estrellado representa para Blanchot la escena primordial de su infancia. Ese cielo vacío le revela la atopía de lo completamente distinto, del exterior que no cabe interiorizar, cuya belleza y sublimidad colman al niño de una «alegría devastadora»: «El súbito y absoluto vacío del cielo, no visible, no oscuro […] sorprendió al niño con tal encanto y tal alegría, que por un momento se llenó de lágrimas». El niño se siente arrebatado por la infinitud del cielo vacío. Arrancado de su interioridad, se siente ilimitado y vaciado en un exterior atópico. El desastre es una fórmula de la dicha.


La estética del desastre se opone a la estética de la complacencia, en la que el sujeto goza de sí mismo. Es una estética del acontecimiento. Desastroso puede ser también un acontecimiento inaparente, como polvo blanco arremolinado por una gota de lluvia, una nevada silenciosa en el crepúsculo matinal, el olor de unas rocas en el calor estival, un acontecimiento de vacío que vacía al yo, lo desinterioriza, lo desubjetiviza, llenándolo así de dicha. Todos los acontecimientos son bellos porque expropian al yo. El desastre significa la muerte del sujeto autoerótico que se aferra a sí mismo.


En Las flores del mal de Baudelaire se encuentra el poema «Himno a la belleza». Las «estrellas», des astres, de las que emana la belleza, Baudelaire hace que rimen con «desastres», désastres. La belleza es un desastre que desbarata los órdenes de las estrellas. Es la antorcha (flambeau) a la que la mariposa se acerca y con la que se quema. Flambeau rima con tombeau, «tumba». La belleza (beau) es intrínseca tanto a la antorcha (flambeau) como a la tumba (tombeau). La negatividad del desastre, de lo mortal, es un momento de lo bello.


Lo bello, según se dice en la primera Elegía de Duino de Rilke, «no es más que ese comienzo de lo terrible que todavía llegamos a soportar». La negatividad de lo terrible constituye la matriz, la capa profunda de lo bello. Lo bello es lo insoportable que todavía llegamos a soportar, o lo insoportable hecho soportable. Nos escuda de lo terrible. Pero al mismo tiempo, a través de lo bello resplandece lo terrible. Eso es lo que constituye la ambivalencia de lo bello. Lo bello no es una imagen, sino un escudo.


También para Adorno la negatividad de lo terrible es esencial para lo bello. Lo bello es la forma intrínseca de lo amorfo, de lo indiferenciado: «El espíritu que forma estéticamente solo dejó pasar de aquello en lo que se activaba lo que se le parecía, lo que comprendía o tenía la esperanza de equipararse. Se trataba de un proceso de formalización». Lo bello se distingue de lo amorfo, de lo terrible, del todo indiviso, poniendo formas, es decir, diferencias: «La imagen de lo bello como lo uno y diferenciado surge con la emancipación respecto del miedo a la naturaleza abrumadora en tanto lo que un todo no diferenciado». Pero la apariencia bella no conjura por completo lo terrible. La impermeabilización «frente a lo que existe inmediatamente», contra lo amorfo, tiene fugas. Lo amorfo «se parapeta fuera, como el enemigo ante los muros de la ciudad sitiada, y la hace morir de hambre».


La apariencia bella es frágil y está amenazada. Se ve «progresivamente perturbada» por lo distinto a ella, por lo terrible: «La reducción que la belleza causa a lo terrible, desde lo cual y por encima de lo cual ella se eleva y a lo cual mantiene fuera de su templo, tiene a la vista de lo terrible algo de impactante». La relación entre lo bello y lo terrible es ambivalente. Lo bello no se limita a repeler lo terrible. Tampoco lo desacredita. Más bien, el espíritu configurador necesita lo amorfo, su enemigo, para no anquilosarse en una apariencia muerta. La racionalidad configuradora necesita la mímesis, la cual se amolda a lo amorfo, a lo terrible. Del espíritu es propio el «anhelo [mimético] de lo dominado, que no es otra cosa que lo terrible. Lo bello está emplazado entre el desastre y la depresión, entre lo terrible y lo utópico, entre la irrupción de lo distinto y el anquilosamiento en lo igual. La idea de Adorno de lo bello natural se dirige justamente contra la rígida identidad de la forma. Lo bello da testimonio de lo no idéntico:


“Lo bello natural es la huella de lo no-idéntico en las cosas bajo el hechizo de la identidad universal. Mientras este hechizo impera, nada no-idéntico existe positivamente. De ahí que lo bello natural esté tan disperso e incierto y que lo que se espera de él sobrepase todo lo intrahumano”


La negatividad del quebrantamiento es constitutiva de lo bello. Así es como Adorno habla de una coherencia «antagónica y quebrada». Sin la negatividad del quebrantamiento, lo bello se atrofia en lo liso y pulido. Adorno describe la forma estética usando fórmulas paradójicas. Su armonización consiste en «no estar en orden». No está libre de «divergencia» ni de «contradicciones». Su unidad está rota. Se ve interrumpida «mediante su otro». El corazón de lo bello está roto.


Lo sano es una forma de expresión de lo liso y pulido. Paradójicamente, irradia algo morboso, algo inerte. Sin la negatividad de la muerte, la vida se anquilosa en lo muerto. Se la satina, convirtiéndola en aquello que, por carecer de vida, tampoco puede morir. La negatividad es la fuerza vivificante de la vida. Constituye también la esencia de lo bello. Inherente a lo bello es una debilidad, una fragilidad, un quebrantamiento. Es a esta negatividad a lo que lo bello tiene que agradecerle su fuerza de seducción. Lo sano, por el contrario, no seduce. Tiene algo de pornográfico. La belleza es enfermedad:


“La proliferación de lo sano trae inmediatamente consigo la proliferación de la enfermedad. Su antídoto es la enfermedad consciente de sí misma, la restricción de la vida propiamente tal. Esa enfermedad curativa es lo bello. Este pone freno a la vida, y, de ese modo, a su colapso. Mas si se niega la enfermedad en nombre de la vida, la vida hipostasiada, por su ciego afán de independencia de ese otro momento se entrega a este de lo pernicioso y destructivo, de lo cínico y lo arrogante. Quien odia lo destructivo tiene que odiar también la vida: solo lo muerto se asemeja a lo viviente no deformado”


La actual calocracia, o imperio de la belleza, que absolutiza lo sano y lo pulido, justamente elimina lo bello. Y la mera vida sana, que hoy asume la forma de una supervivencia histérica, se trueca en lo muerto, en aquello que por carecer de vida tampoco puede morir. Así es como hoy estamos demasiado muertos para vivir y demasiado vivos para morir.


Bloghemia

JUAN P. CARRILLO HERNÁNDEZ

POR QUÉ DIJO JUNG QUE LAS MUJERES ERAN "SERES MÁGICOS" Y POR ESO LES TENÍA MIEDO

ENIGMÁTICAS Y FASCINANTES PALABRAS QUE NOS LLEVAN AL CORAZÓN RADIANTE DEL ANIMA, EL ARQUETIPO FEMENINO EN EL HOMBRE


El eterno femenino nos atrae hacia lo alto.

Goethe


Jung creía que en el hombre existía una imagen arquetípica femenina, que lo guiaba hacia la completud o la realización de su propio ser (Selbt). Esta imagen o fuerza es conocida como el "anima", la cual se podía representar como la madre, la hija, la hermana, la amante, una diosa celestial o una fuerza telúrica monstruosa, etc. Aunque en la experiencia el anima y las mujeres con las que se encuentra el hombre se mezclan y superponen en una retroalimentación de las fantasías y las fuerzas psíquicas transconcientes, el anima y la mujer en sí misma no son lo mismo. En el caso de la mujer ocurre algo similar, aunque no idéntico, con el animus, el arquetipo masculino en el alma femenina, el cual es aún más complejo, según Jung. 


El concepto de anima, de acuerdo con Jung, iba mejor de la mano con un lenguaje imaginativo, dramático, mitológico, sensorial, y no con un lenguaje científico descriptivo; había que dejar espacio, vacío, para que el arquetipo actuara, ya que era un proceso viviente del alma. A diferencia de lo que se creía con el horror vacui que se proyectó a la naturaleza, los arquetipos aman el vacío.


El anima encarna en cada hombre en el trasfondo psíquico como un patrón que universaliza la experiencia y la refiere a una base profunda de sentido o significado que se encuentra enraizada en el inconsciente colectivo. El anima es toda la experiencia de la feminidad en el sexo masculino, más allá de la especie, que aparece con fuerza imaginativa y que viene desde el principio del cosmos, el cual está permeado por energías polares u opuestos que deben conjugarse para dar vida y espiritualmente para lograr la integración de la psique con su esencia divina.


Esta anima es arquetípicamente la figura femenina por la cual el hombre se interna en lo desconocido y mata dragones y demonios. Pero aunque es la gran motivación de la psique masculina, también puede llevarlo a la perdición; participa también en la imagen del trickster, la encantatriz, la seductora, la femme fatal, la diosa Maya, Circe, las sirenas y ninfas, Salomé, etc. Dice Jung: "Ya que es su gran desafío, exige del hombre lo máximo, y si lo obtiene, ella lo recibirá". Una afirmación un poco críptica, que parece sugerir que las joyas de la corona serán solamente de los verdaderamente valerosos. El soma, el elixir de la inmortalidad siempre está custodiado por una serpiente y/o una ninfa. Si entrega todo, ella lo recibirá en su seno: no el seno opresor de la madre celosa sino el seno liberador de la vida, la energía y el significado que es predicado en la belleza y la armonía.


En el Libro rojo Jung dice: "Eres esclavo de lo que tu alma necesita. El hombre más masculino necesita a la mujer, y por lo tanto es su esclavo. Conviértete en mujer tu mismo, y serás salvado de la esclavitud a la mujer... La aceptación de la feminidad lleva a la completud. Lo mismo es válido para la mujer que acepta su masculinidad". Aquí Jung obviamente habla de la noción alquímica del hermafrodita, en la que se realiza la unión sexual interna entre los principios masculinos y femeninos, lo cual no significa suprimir uno en favor del otro. El hombre debe desarrollar toda su masculinidad y fuerza, pero también ser sensible a la feminidad. 


Jung habló de cuatro etapas en la relación del anima en el hombre. La primera es Eva, la tierra como madre biológica o como materia por fertilizar. La segunda etapa cobra una dimensión erótica, romántica, estética, y se valúa a la mujer como individuo (la mayoría de los hombres no pasa de esta etapa). La tercera etapa es en la que Eros se alza a lo religioso y espiritual. Esto es descrito por Platón en El banquete: el amor físico es trascendido y usado para elevar el alma. La cuarta etapa es ya una etapa de gloria arquetípica en la que la mujer se convierte en una encarnación de la divina Sophia, la sabiduría, y con ella el hombre alcanza la piedra filosofal.   


En una entrevista Jung expresó esto: "Las mujeres son una fuerza mágica. Se rodean de una tensión emocional más fuerte que la racionalidad del hombre... La mujer es un ser muy fuerte, mágico. Es por ello que le temo a la mujer". Este temor, creemos, debe ser interpretado como el terror de lo sagrado, el mysterum tremendum, la sensación que según Rudolf Otto acompaña al verdadero encuentro místico o numinoso... y, por lo tanto, una forma de veneración. David Tresan, sin embargo, ve una ambivalencia en Jung, quien atribuyó a los reflejos fantasiosos y engañosos del anima algunos de los peligros a los que sucumbieron Nietzsche y los nazis. Pero señala que después de una experiencia al límite, un casi ataque al corazón que lo llevó a una seguidilla de visiones nocturnas, siendo su ego vencido in extremis, Jung llegó en 1944 a una experiencia "directa de la belleza no mediada por su intelecto" en la que el anima se reveló como "puramente irracional, el arquetipo de la vida, directo, asombroso, eterno". Jung debía también enfrentar la muerte para penetrar en los misterios del anima, desde cuyos abismos radiantes se erigen "el amor, la belleza, la sabiduría", esa trinidad que representa la mujer en el alma masculina.   


Pijama Surf

lunes, 1 de marzo de 2021

JUAN PABLO CARRILLO HERNÁNDEZ

LLEVAR UNA DIETA DE ESTILO MEDITERRÁNEO ESTÁ ASOCIADO CON MEJORES HABILIDADES COGNITIVAS A LARGO PLAZO


Existen muy pocos estudios que exploren los patrones dietéticos con resultados cognitivos y de neuroimagen (tomografías o resonancias magnéticas). Pero, recientemente, investigadores de la Universidad de Edimburgo decidieron realizar un estudio para explorar más a fondo las posibles relaciones entre un cierto tipo de dieta y la función cognitiva. 


Los investigadores pusieron a prueba las habilidades de pensamiento de más de quinientas personas de 79 años, uno de los requisitos fue no padecer demencia.


Los participantes completaron pruebas de resolución de problemas, velocidad de pensamiento, memoria y conocimiento de palabras. También contestaron un cuestionario sobre sus hábitos alimenticios durante el año anterior. 


Más de trescientos cincuenta personas del grupo se sometieron también a una resonancia magnética cerebral para conocer su estructura cerebral.


El equipo de investigadores utilizó modelos estadísticos para buscar asociaciones entre la dieta de una persona, sus habilidades de pensamiento y su salud cerebral durante la edad adulta. 

Los resultados mostraron que, en general, las personas que seguían más de cerca una dieta mediterránea tenían las puntuaciones más altas de función cognitiva, incluso tomando en cuenta el coeficiente intelectual de la infancia, el tabaquismo, la actividad física y los factores de salud. Las diferencias fueron pequeñas pero estadísticamente significativas.


Los marcadores de un envejecimiento cerebral saludable (como mayor volumen de materia gris o blanca, o menos lesiones en la materia blanca) no diferían entre los que seguían regularmente una dieta mediterránea y los que no.


De todos modos, estos hallazgos sugieren que esta dieta, la cual está basada principalmente en plantas (lechuga, espinacas, arúgula), puede tener beneficios para el funcionamiento cognitivo a medida que envejecemos.


Los componentes individuales de la dieta que parecen estar más fuertemente asociados a una mejor capacidad de pensamiento son las verduras de hoja verde y un consumo bajo de carne roja.


Estos resultados se suman a las pruebas de que un estilo de vida más saludable, en el cual la dieta es un aspecto muy importante, está relacionado con una mejor capacidad cognitiva durante la edad adulta.


La principal responsable de este estudio, la Dra. Janie Corley de la Facultad de Filosofía, Psicología y Ciencias del Lenguaje de la Universidad de Edimburgo, dijo que comer más verduras de hoja verde y reducir nuestro consumo de carne roja pueden ser dos elementos clave en materia de alimentación que contribuyen a una mejor salud cerebral.


El estudio fue publicado en el Journal of Experimental Gerontology y puedes consultarlo completo en este enlace.


 Pijama Surf

Deepak Chopra

“EL SILENCIO ES EL LENGUAJE DE DIOS, TODO LO DEMÁS ES UNA TRADUCCIÓN POBRE”