viernes, 24 de julio de 2020

Fabula

El perro y su reflejo

El inquieto y senil perro sostenía fuertemente un gran hueso entre sus filosos dientes mientras cruzaba el estrecho puente que conducía hacia el otro lado del riachuelo. No se había desplazado muy lejos cuando observó y examinó lo que aparentaba ser otro perro en el agua, debajo del puente. Y, raro fenómeno, el otro canino también sujetaba un hueso bien grande.

No complacido con su buena comida, el travieso perro, que era insaciable, se atrevió, y según el podía obtener ambos huesos. Por lo tanto, gruñó y expulsó un desafiante ladrido al sabueso del agua y, al realizar su provocación, dejó caer su propio hueso en el espeso fango del fondo del arroyuelo. En el momento que el hueso cayó, con una salpicadura, el segundo perro se desvaneció ..., debido a que efectivamente, solo era un reflejo.

Afligidamente, el infeliz cuadrúpedo vio como se desaparecían las ondas  del agua y luego con la cola entre las patas, regresó a su casa hambriento. !Tonto! Había liberado algo que era real, por tratar de alcanzar lo que sólo era una silueta.  

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