Teseo y el Minotauro
Teseo hijo del rey Egeo de Atenas pasó su infancia alejado de su padre para evitar el peligro de los enemigos del reino. Pero al alcanzar la etapa de la adolescencia se hizo fuerte, tanto así, que movió una roca llena de musgo donde encontró la espada y sandalias que su padre quería que el encontrara.
Después que Teseo encontró la espada y sandalias ocultas por su padre, emprendió el viaje hacia la corte del rey Egeo. La travesía fue peligrosa pero el joven Teseo venció a todo el que se ponía a su paso. Unos de sus adversarios mas peligrosos durante el viaje fue Procusto, ''El Estirador" quien acostumbraba a cortar las piernas de los desdichados viajeros pero el lengendario villano no tuvo mucha suerte con la fortaleza de Teseo quien puso fin a los abusos de tan vil personaje propinadole una certera muerte.
En Atenas, Teseo encontró a su padre quien estaba bajo la influencia de una hechicera llamada Medea, de quien Teseo evito beber una copa venenosa. Cuando la malvada bruja vio que sus malos trucos fueron descubiertos, escapo en una carroza arrastradas por serpientes y nunca mas volvió.
El rey Egeo le dió la bienvenida a su hijo con lagrimas de felicidad a ver a su hijo convertido en un hombre fuerte. Egeo necesitaba de la presencia de Teseo dado a la pesada carga a la que estaba sometido el reino que era un tributo anual impuesto por los cretenses de ofrecer siete valientes jovenes y siete hermosas doncellas. Eran condenados a una terrible muerte por el rey Minos de Creta.
El rey Minos tenía una bestia llamada Minotauro que era un ser mitad hombre y mitad toro. Este monstruo tenia un apetito muy voraz y el rey Minos tenia que ofrecerle carne fresca porque sino el Minotauro derrumbaría las altas murallas de la prisión. Los catorces jóvenes del tributo debían pasar uno a uno a la guarida del Minotauro para ser devorados. El Minotauro se hallaba en un extraño lugar de senderos muy inhóspitos llamado Laberinto.
Cuando Teseo oyó hablar del Minotauro y de su horrible laberinto decidió valerosamente emprender el viaje junto a las doncellas y los valientes jóvenes que partían hacia Creta. El lúgubre barco zarpó con velas negras pero Teseo le prometió a su padre que si mataba a la horrible bestia regresaría con velas blancas y banderas desplegadas.
A la llegada a Creta, los catorce jóvenes fueron encadenados. Teseo pidió ser arrojado directamente al laberinto. Tuvo la suerte de que la hija del rey Minos, Ariadna, lo viese y se compadeciera de el. La damisela lo amó, por su enorme sacrificio, y le entrego, en secreto, una espada y un ovillo de hilo, aconsejándole que lo fuera soltando mientras avanzaba por los ambiguos caminos del laberinto. Ariadna le hizo saber que se quedaría en la entrada, sujetando un extremo por si Teseo mataba al Minotauro, pudiera salir sin ningún impedimento.
Teseo puso en acción el consejo de la doncella y, luego de un fiero combate con la monstruosa bestia aniquiladora de seres humanos, logró vencer a al deforme engendro. Terminada la batalla Ariadna huyó al bordo del barco con su preciado amor y sus amigos.
En el viaje de retorno se detuvieron en la isla de Naxos. Estando en la isla, Ariadna sufre una desdicha: Teseo la olvidó. No se sabe de su infortunio lo único que se sabe es que Teseo partió de Naxos sin la bella hija de Minos. El temerario hijo de Egeo era desmemoriado.
Mientras tanto, el anciano rey Egeo había estado esperando con enorme ansiedad el regreso de la nave. Cuando la embarcación apareció, por fin en la lejanía, El soberano vió que las velas eran negras aún ... Teseo había olvidado cambiarlas en su apresurada partida de Creta. El desdichado padre creyó que su único vástago había muerto y, abrumado por el dolor, se arrojó al mar, que fue nombrado Egeo en su memoria.
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