viernes, 6 de enero de 2017

Oración de un padre


Oración de un padre
"Dame, oh señor, un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuando es débil y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo. Un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota, un hijo que nunca doble la espalda cuando deba erguir el pecho, un hijo que sepa conocerte a ti ... y conocerse a si mismo, que es la piedra fundamental de todo conocimiento. Condúcelo te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos. Allí déjale aprender a sostenerse firme y en la tempestad y sentir compasión por los que fallan ... , dame un hijo cuyo corazón sea claro; cuyos ideales sean altos, un hijo que se domine así mismo antes de pretender dominar a los demás. Un hijo que aprenda a regir; pero que también sepa llorar; un hijo que avance hacia el futuro, pero que nunca olvide el pasado. Y después que le haya dado todo eso, agrégale, te lo suplico, suficiente sentido del buen humor, de modo que pueda ser siempre serio, pero que no se tome así mismo demasiado en serio.

Dale humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera grandeza, la imparcialidad de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza ... Entonces, yo, su padre, me atrevería a murmurar: No he vivido en vano".  


Anónimo

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