viernes, 30 de junio de 2017

Antes del Meridiano


Secundo la moción: Preocupación Legítima

Un Refrán afirma que los viejos hábitos son duros de matar, y esto se aplica perfectamente a lo que ocurre en la sociedad dominicana, pero particularmente con sus élites empresariales y políticas.

Los ejemplos son tantos que no cabrían en el modesto espacio de que disponemos pero, por ejemplo, no ha habido forma de democratizar a nuestros partidos que siguen siendo controlados por cúpulas inamovibles. El sistema político actual fue definido hace casi un siglo como "son los mismos viejos caudillos, conduciendo las mismas viejas huestes, por los mismos viejos caminos, con los mismo viejos sistemas".

Y lo peor que no hay un espíritu de enmienda, sino que, por el contrario, estos demócratas de la boca para fuera prefieren mantener al pueblo en el mismo viejo estado de infantilismo político.

Nadie puede negar que todavía prima en las instituciones la mentalidad trujillista. Cuando no es pidiendo un "Trujillo", es comportándose como si los fuéramos,  en el transito, en las relaciones laborales, en la escuela, en fin, en cuanta oportunidad se presenta de probar quien es el "jefe".

No hemos perdido tampoco la costumbre de querer nombrar los jueces de nuestra juridicción, practica vieja que parecía iba a ser superada con la profesionalizacion de la carrera judicial, pero qué va.

Los políticos quieren jueces con cachuchas de colores y los empresarios insisten en que los jueces les deban el favor. Tan malo es un poder judicial político, como uno plegado a intereses económicos.

De los políticos se podría esperar cualquier cosa, pero la nueva actitud de los empresarios es preocupante.


Diario Libre 
Viernes 30 de junio 2017

martes, 27 de junio de 2017

Pablo Neruda


El Gran Neruda

BELLA,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa en tu rostro,
bella.

Bella,
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor del mundo,
así te veo,
bella.

Bella,
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.

Bella,
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.

Bella,
tus senos son como dos panes hechos
de tierra cereal y luna de oro,
bella.

Bella,
tu cintura
la hizo mi brazo como un río cuando
pasó mil años por tu dulce cuerpo,
bella.

Bella,
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella.

Bella, mi bella,
tu voz, tu piel, tus uñas
bella, mi bella,
tu ser, tu luz, tu sombra,
bella,
todo eso es mío, bella,
todo eso es mío, mía,
cuando andas o reposas,
cuando cantas o duermes,
cuando sufres o sueñas,
siempre,
cuando estás cerca o lejos,
siempre,
eres mía, mi bella,
siempre.
                                            
                                                   Pablo Neruda

miércoles, 21 de junio de 2017

Dugin siendo Dugin

Dugin: el neoliberalismo es un dogma para fanáticos


Por Claudio Napoli – En una de sus conferencias: “La ideología de los EE.UU. y las ambiciones de Estados Unidos por la hegemonía global’, celebrada el 16 de febrero de 2016 en el Instituto Ruso de Investigación Estratégica, Alexander Dugin subrayó el carácter totalitario sobre el cual se basan tales ambiciones.

Según Dugin, el neoliberalismo global, dirigido por el bloque anglo-estadounidense, está tratando de imponer al mundo, con una violencia más o menos velada, un auténtico totalitarismo, cuya auto referencialidad no tolera funcionalmente la existencia de puntos de vista alternativos.

Un estado soberano se convierte en un enemigo a ser eliminado en el exacto momento en el cual adopte un modelo de desarrollo económico y geopolítico diferente del credo elaborado por la maquinaria mediático propagandística de Washington y Londres: ningún sujeto puede tener la libertad de ser no liberal. Credo, quia absurdum est.

Desde este punto de vista, entendemos perfectamente cómo, a partir de los años 50 del siglo pasado, los principales aliados del liberalismo atlántico han sido fundamentalistas islámicos, neonazis y juntas militares.

El carácter de similares alianzas es sólo aparentemente contradictorio, ya que el carácter de absoluta exclusividad encarnada por estos “settings” del pensamiento, siempre ha encontrado un enemigo común en los movimientos socialistas y en el nacionalismo laico, que han sido aplastados metódicamente en todo el planeta durante los últimos 66 años (con la excepción de los países escandinavos y el Uruguay de Mujica, cuyos casos muy específicos no pueden, sin embargo, ser examinados dentro de los límites de este artículo).

En el ámbito de la conferencia de febrero, el filósofo ruso ha examinado en detalle las repercusiones del fanatismo liberal sobre el tejido constitucional, social y político en la Rusia contemporánea:

“Los estadounidenses imponen sus valores liberales como un dogma. La misma ausencia de cualquier posición ideológica en nuestra Constitución es una consecuencia del dogma neoliberal, del cual están impregnadas nuestra conciencia, nuestra publicidad, nuestra educación, nuestras instituciones y, por supuesto, nuestra Constitución”.

¿Cómo explica Dugin el espíritu exclusivo que paraliza la conciencia y las estructuras institucionales de las naciones occidentales y de Rusia? Con la matriz protestante de tal espíritu, fundada sobre la concepción de la superioridad de la nación inglesa:

“La idea de una misión especial encarnada por los anglosajones ya existía en el siglo XIX. Este mito se basa en la idea de la naturaleza elitista de la ‘raza’ anglosajona y del protestantismo (…). Incluso hoy en día existe una gran cantidad de personas que predica este principio. Nos enfrentamos con fanáticos que a partir de los tiempos de Cromwell han sacrificado la vida de millones de personas”.

Las reflexiones sobre el verdadero carácter del mesianismo neoliberal anglo-estadounidense no son nada nuevo en Dugin. Podemos por el contrario definirlo como la base conceptual de los estudios iniciales realizados por el filósofo para elaborar la Cuarta Teoría Política. El juicio que Dugin, a lo largo de los años, ha dado a tal mesianismo es extremadamente negativo.

Basándose en la polémica de Nietzsche contra el utilitarismo inglés teorizado por J. S. Mill, Dugin siempre ha sostenido que el utilitarismo y el neoliberalismo, que es una derivación directa, han tenido, están teniendo y tendrán repercusiones gravísimas sobre el destino de la humanidad: como se lee, por ejemplo, en un artículo programático publicado en el 2003 en la Novaja Gazeta, Dugin afirma que la supuesta libertad del neoliberalismo es puramente negativa. Es decir, es una liberación DE cualquier cosa en nombre de las propias ambiciones egoístas. No se trata ciertamente de una libertad creativa, positiva, social… Una libertad para algo.

Por su misma esencia conceptual, la “libertad-de” (si quisiéramos utilizar una terminología heideggeriana) no es capaz de resolver o al menos disminuir el mal social resultante de los conflictos irreconciliables provocados por los beneficios perseguidos por las multinacionales y el cártel bancario. El neoliberalismo es antisocial.

En esta tara genética se encuentran los gérmenes implosivos que condenan su existencia como teoría y práctica socio-política. Ya que tales gérmenes sólo pueden sobrevivir en presencia de un enemigo externo. Un enemigo que limita la “libertad-de”, pero que ha venido a faltar en 1991, determinando la crisis del liberalismo que observamos en la actualidad. Una crisis terminal: están tratando de superarla con el desesperado intento de crear nuevos enemigos, que ahora podríamos llamar “ologramáticos”.

¿Cuánto durará la agonía del liberalismo y de la seudo-civilización impuesta a las naciones hasta ahora conquistadas? La respuesta de Dugin, dada en 2012 en una entrevista en el sitio Politikus.ru, es la siguiente:

“El problema es que los neoliberales creen firmemente que el Fin Supremo de la historia se resolverá en la realización de sus teorías. No ven nada más allá de esta matriz de pensamiento. Y es una cosa muy peligrosa, puesto que estamos tratando con un movimiento imperialista reforzado por un éxito global temporal (…), por lo que no será fácil de erradicar. Para hacer esto, es necesario desarrollar una revisión completa de muchos procesos históricos”.

En otras palabras, nos gustaría añadir, es necesario crear en la dimensión histórica una Cuarta Vía, es decir, una alternativa capaz de neutralizar políticamente, militarmente, financieramente, la amenaza de este agresivo sistema llegado a la conclusión funcional de su propia potencialidad histórica. Sólo así será posible salvar a las naciones “neoliberalizadas” antes de que sean destruidas por una implosión que parece ya inevitable.

fuente:
https://paginatransversal.wordpress.com/2017/06/09/dugin-el-neoliberalismo-es-un-dogma-para-fanaticos/#more-11437

viernes, 16 de junio de 2017

Inception


Hans Zimmer - Time

Medicina Natural

Nuez Moscada

Nombre cientifico: Myristica fragans

Propiedades curativas: Es un poderoso estimulante estomacal. La infusión de semillas pulverizadas se usa como anti-flatulenta, sudorífica, para reducir el sangrado uterino abundante, y para producir irritación en la piel a fin de intensificar la circulación local de la sangre con algún fin determinado de curación. 

Preparacion: Infusión: Para uso general, verter 1 taza (8 0z) de agua hirviendo sobre 1o gramos de nuez moscada en polvo.

Dosificación: Beber 1/2 taza (4 oz) de infusión dos veces al día.

Ingredientes activos: Miristina (igual composición que la trementina), alcaloides indólicos (Estricnina, brucina)

Contraindicaciones: La nuez moscada es toxica si se ingiere directamente (La ingestion de dos nueces puede causar la muerte). Los sintomas pueden incluir alucinaciones, vision borrosa, delirio, dolor abdominal y otros síntomas generales de envenenamiento.

Fuente: 
Reinaldo Sosa Gómez 2002 El poder medicinal de las plantas p. 303  Asociación Publicadora Interamericana 5ta edición

domingo, 11 de junio de 2017

San Pedro de Macoris

La marcha verde contra la impunidad
Seguimos la secuencia de esta opulencia que nos ve con indiferencia desde la independencia.

 Es que acaso no se dan cuenta que el pueblo clama una diferencia.


Ha fallecido la institucionalidad en República Dominicana


¡Moca presente!



Iglesia San Pedro Apostol




miércoles, 7 de junio de 2017

domingo, 4 de junio de 2017

Filosofando

Platón, Dostoiesvki y por qué la belleza salvará al mundo
Dostoiesvki

ALEJANDRO MARTÍNEZ GALLARDO - EN SU NOVELA "EL IDIOTA", DOSTOIEVSKI SUGIERE QUE LA BELLEZA PUEDE SALVAR AL MUNDO, PERO, ¿QUÉ ES LA BELLEZA REALMENTE?

A menudo se desestima a la belleza considerándola un lujo o una frivolidad. Algunos incluso sugieren que guiarse por la belleza es un respuesta superficial a la vida. Esto indudablemente nace de no entender qué es la belleza. La belleza es esencial para una vida profunda y llena de significado, para una vida que se ocupa del alma de las cosas. La belleza no tiene que ver meramente con un estándar consensual, más o menos idealizado, de lo que es deseable o agradable -no se trata de un canon- sino con una una agudeza de la percepción que alcanza a ver la realidad, tanto en su intensidad directa (que es luminosidad condensada en forma) como en su orden subyacente y su significado  (la naturaleza siempre se está expresando de manera estética y simbólica, como dijo Emerson, "la naturaleza es el símbolo del espíritu"). Es por esto que hay belleza tanto en el placer como en el dolor, en el cielo y en el inframundo (o en el infierno, como supieron Dante, Milton y Blake). Todo esto es bello, como intentaremos elucidar aquí, porque nos acerca a contemplar ya no solamente la belleza de un cuerpo o la forma pura, sino un principio que anima un cuerpo, una idea, un arquetipo, una moral e incluso una verdad que encarna en el mundo como forma. La belleza es la seducción de una energía eterna que se llama a sí misma en un juego de apariencias.

La tradición platónica sugiere que belleza, verdad y bien son palabras intercambiables. De la misma manera que la palabra "bonito" en español significa belleza pero tiene la misma raíz que "bueno", en griego la palabra kallos (de donde vienen palabras como calidoscopio o calistenia) tiene la connotación de "bueno" (la palabra hebrea que se usa en el Génesis, cuando se dice "y Dios vio que era bueno", en referencia a su creación, es tov que también puede traducirse como "bello"). La estética y la ética, estarán siempre ligadas, pero también la belleza tendrá un estrecho parentesco con la sabiduría, como sugiere el poeta Keats: "Belleza es verdad; verdad es belleza. Sólo esto sabrás aquí en la tierra y sólo esto necesitarás saber". En esto siguiendo a Platón: "la belleza es el esplendor de la verdad".

La frase "la belleza salvará al mundo" aparece en la novela El Idiota, de Fiódor Dostoievski. La frase ha sido citada innumerables veces y sacada de contexto, por lo cual es necesario situar al lector. "El Idiota" es una referencia al príncipe Myshkin, personaje principal de la novela, el cual, como el mismo Dostoievski, sufre de epilepsia. En parte es por esto que se le considera idiota, pero también por su inocencia, incluso su ingenuidad. Una inocencia hasta cierto punto infantil, también en el sentido crístico, de hacerse como los niños para entrar al cielo. El príncipe no ha recibido una educación formal, suele hablar sin pensar lo que va  a decir y ve con bondad a todas las personas. Esto en un mundo poco sensible (como el nuestro y el de Dostoievski) puede confundirse como un signo de idiotez, pero podría ser un signo también de inteligencia, de una inteligencia del corazón. Y Dostoievski así lo sugiere. Tal vez desde la noción mística de que es la ignorancia, el eliminar el conocimiento conceptual, todo lo pretencioso e inesencial de la inteligencia, lo que realmente acerca a la divinidad, por la vía negativa. Hay una honestidad, una desnudez y una inmediatez en el idiota que lo acercan a la luminosa oscuridad del des-conocimiento, como describe Pseudo Dionisio el estado supremo de comunión mística.

En la novela el personaje de Hipólito dice "¿Es cierto, príncipe, que dijiste alguna vez: 'la belleza salvará al mundo?'". El príncipe no responde a esto, pero leyendo la novela sabemos que esto concuerda con el carácter del príncipe. La encarnación de la belleza en la novela, la manzana de la discordia, es Natasha Flippovna, de quien se enamoran el príncipe y su rival  Rogozhin. El príncipe Myshkin dice de Filippovna "es de una belleza prodigiosa, tiene la cara alegre y ha sufrido horriblemente, ¿no es verdad? Lo están diciendo los ojos". Lo importante aquí es que el príncipe ve en la belleza el sufrimiento y siente el deseo, en la belleza, de salvarla (Flippovna es una mujer atormentada, que fue abusada en la infancia por su tutor). Y señala "si hubiera bondad en ella todo sería salvado". El sufrimiento sin alcanzar a percibir la belleza difícilmente genera compasión. La historia, sin embargo será trágica. Como el príncipe nota, "Roghozin se casaría con ella, y después de una semana la acuchillaría". Los dos tipos de amores son contrastados, el amor compasivo del príncipe y el amor destructivo y egoísta de Roghozin. En Los Hermanos Karamazov, Dostoievski dice "Lo espantoso es que la belleza es misteriosa como también terrible. Dios y el diablo están luchando ahí [en la belleza] y el campo de batalla es el corazón del hombre".

Aunque la frase "la belleza salvará al mundo" no debe tomarse directamente como la tesis de Dostoievski, quien como novelista total expresa la diversidad de la condición humana a través de sus personajes, da voz a todo los aspectos del alma humana. Dicho eso, es indudable que este es un tema que atraviesa su obra y que parece estar cerca de su corazón, ya que es algo que en mayor o menor medida encontramos en varios de los héroes trágicos con los que él mismo parece identificarse. La redención del hombre en un mundo en el que el significado se extravía, donde ya se anticipaba la idea nietzscheana de que "Dios ha muerto"... para Dostoievski sin lo divino se pierde el sentido de la existencia y en un mundo profano y decadente, sólo la más profunda afirmación del alma, algo radical y extraordinario, puede vindicar la existencia. "El hombre puede vivir sin ciencia, puede vivir sin pan, pero sin belleza no podría seguir viviendo, porque no habría nada más que hacer en el mundo. Todo el secreto está aquí, todo la historia está aquí", dijo Dostoievski. La belleza parece decirnos que hay algo que debemos hacer, algo con lo que debemos unirnos, algo que debemos desnudar que es el sentido más profundo de la existencia. Venus (la belleza) seduce a Marte (la acción). ¿Sin belleza para qué actuar? ¿Si el mundo no fuera bello para que habría de preservarlo y actualizar la creación con nuestros actos? La belleza instaura un dinamismo en la existencia e impide que la evolución se petrifique, insufla una tendencia volátil en la materia que la lleva al espíritu. 

En Los Hermanos Karamazov, la experiencia de arrobo estético, una visión cósmica de la bóveda celestial en todo su esplendor -algo que el mismo Dostoievski solía hacer: mirar las estrellas con ardor místico- hace que Alyosha entré en un estado de éxtasis que lo lleva a abrazar su llamado como un hombre religioso: "Quería perdonar a todos por todo, y pedir perdón, no para él mismo, sino por todos y por todo, 'como los otros me lo piden a mí', así vibraba su alma". Es la experiencia estética profunda la que detona una transformación ética, una confirmación de los principios más nobles del alma humana. La belleza del mundo aparece como el espejo de la bondad y la magnitud del corazón. 

Dostoievski se describió a si mismo como un realista, en el sentido de mostrar "las profundidades del alma humana". Es difícil concebir a otro artista para quien el apelativo encaje mejor, otro artista con una mirada tan amplia y penetrante para descubrir el alma como realidad. Él mismo vivió, en su tiempo en prisión y en sus enfermedades, estas experiencias de las profundidades, de la luminosidad del alma humana en la que se transparenta la totalidad de la creación, pero también el propio abismo de la crueldad humana, el gulag existencial: nada humano le fue ajeno. En su discurso de aceptación del premio Nobel, el escritor ruso Alexander Solzhenitsyn, quien ganó el premio por su estremecedor recuento de los campos de concentración del regimen estalinista, dijo: "La sentencia de Dostoievski 'la belleza salvará al mundo' no fue una frase descuidada sino una profecía. Después de todo, a él le fue otorgado ver tanto, un hombre de una iluminación fantástica. Y en ese caso,  ¿el arte, la literatura realmente pueden ayudar al mundo hoy?". Paul Celan supo que era indispensable escribir poesía después de Aushwitz. El príncipe Myshkin nos da una probada del poder salvífico de la belleza, de cómo la enfermedad se convierte en genialidad que penetra lo intemporal:

Pensaba, entre otras cosas, en que en su estado epiléptico había un grado, casi inmediatamente antes del ataque [...] en que, de pronto, en medio de la tristeza, de la bruma, de la opresión espiritual, parecía a veces inflamársele el cerebro y un estallido extraordinario exaltar al mismo tiempo todas sus energías vitales. La sensación de la vida, la conciencia, casi se duplicaba en aquellos instantes que se prolongaban como relámpagos. Alma, corazón, iluminábanse con desusada luz; todas sus agitaciones, todas sus dudas, toda su inquietud parecían amansarse de pronto, sumirse en una altísima serenidad, henchida de júbilo, y unas ilusiones radiantes y armoniosas, llenas de razón y de razones definitivas ... Por lo demás, él no se aferraba a la parte dialéctica de su razonamiento, el estupor, la niebla mental, el idiotismo, eran para él la clara consecuencia de aquellos instantes... ¿qué hacer verdaderamente con la realidad? Porque aquello existía, él podía decirse a sí mismo, en aquel segundo, por una suerte ilimitada, que aquel segundo él lo sentía plenamente, y podía incluso valer por toda su vida [...] en ese momento se me hace comprensible esa frase extraordinaria de que "ya no habrá más tiempo".

[...]"¿Qué importa que sea sólo enfermedad, una tensión anormal del cerebro, si cuando recuerdo y analizo el momento, parece haber sido uno de armonía y belleza en el más alto grado -un instante de la más profunda sensación, sobreabundante de alegría y rapto, devoción extática, vida total?"

La belleza redime el sufrimiento, y el mismo sufrimiento es entendido, en su intensidad libre de identidad, como belleza. Al ver el sufrimiento de la bella Natasha Flippovna, el príncipe participaba en la pasión de Cristo, ese acto de sacrificio que es una obra de arte divina, en la que el sufrimiento del mundo es transmutado en una belleza intemporal, que se vuele disponible en el corazón de todas las cosas. Dostoievski escribió en uno de sus cuadernos que "el sufrimiento es el origen de la conciencia", una cierta conciencia superior, una conciencia moral, una conciencia que obliga al alma a manifestarse, a crecer por encima de ese sufrimiento, el cual se convierte en la belleza de la sabiduría. Aunque el sentido de la frase que hemos analizado aquí puede interpretarse de otras formas, la interpretación cristiana parece ajustarse al propio espíritu que le imbuyó a su obra Dostoievski, aunque por supuesto trasciende cualquier exclusividad sectaria. Simone Weil escribió: "En todo lo que despierta en nosotros un sentido auténtico y puro de belleza, ahí se encuentra, en verdad, la presencia de Dios. Hay una especie de encarnación de Dios en el mundo, de la cual la belleza es señal". La frase de Dostoievski es ampliamente citada entre teólogos cristianos. Josef Ratzinger hace una glosa de la frase anterior de Weil y de la sentencia del escritor ruso en lo que llama una via pulchritudinis, la belleza como sendero espiritual:

La belleza, ya sea del universo natural o del arte, justamente porque abre y extiende los horizontes de la conciencia humana, apuntando a más allá de nosotros, trayéndonos frente a frente con el abismo del Infinito, puede convertirse en un camino a lo trascendente, al misterio último, a Dios.

[...] La auténtica belleza libera el anhelo del corazón humano, el profundo deseo de conocer, de amar, de ir hacia el Otro, de aspirar a lo trascendente. Si reconocemos que la belleza nos impacta en la intimidad, que nos hiere, que abre nuestros ojos, descubrimos la alegría de ver, de ser capaces de penetrar el significado más profundo de la existencia.

Rumi había dicho "la herida es el lugar donde entra la luz". Esa luz es la luz de la conciencia, de la gnosis. Lo que despierta la belleza es el deseo de conocer. Sí, la belleza despierta también el deseo de conocer en el sentido bíblico, de disfrutar con el cuerpo, del éxtasis de los sentidos. Pero cuando la belleza actúa en el individuo en toda su expresión, no se detiene solamente en el conocimiento somero, material, en la contemplación de la forma, sino que magnetiza hacia aquello de lo cual el cuerpo es un símbolo -dentro del movimiento de la belleza, de la fulguración de lo fenoménico hay algo que yace inmóvil, el punto de quietud del cual surge la danza del mundo. Es ahí donde conduce: la belleza se convierte en amor para llevarnos a la sabiduría -siendo amor y sabiduría las dos alas de una misma ave (el ave fénix, el ave de la inmortalidad); el amor siendo sólo la sabiduría en acción y la sabiduría siendo el amor en silencio (este es el secreto de la unidad de la rosa y la cruz dentro del misticismo cristiano).

En uno de los pasajes más famosos en la historia de la filosofía, la sacerdotisa de Eros, Diotima, le revela a Sócrates lo que se conoce como "la escalera de la belleza", el sentido anagógico (que alza hacia lo divino) de la belleza y del amor:

[Aquel que ha amado un cuerpo bello] debe llegar a comprender que la belleza que se encuentra en un cuerpo cualquiera es hermana de la belleza que se encuentra en todos los demás... Una vez penetrado de este pensamiento, nuestro hombre debe mostrarse amante de todos los cuerpos bellos, y despojarse, como de una despreciable pequeñez, de toda pasión que se reconcentre sobre uno solo. Después debe considerar la belleza del alma como más preciosa que la del cuerpo, de suerte que, un alma bella, aunque está en un cuerpo desprovisto de perfecciones, baste para atraer su amor y sus cuidados.

Así tenemos este proceso de transformación que va de lo superficial a lo profundo, de lo grosero a lo sutil, de lo concreto a lo abstracto y de lo particular a lo universal: la iniciación a la cual somete el amor a sus adeptos. El adepto surcando con las alas del alma que fraguó el amor culmina su ascenso:

El que en los misterios del amor se haya elevado hasta el punto en que estamos, después de haber recorrido en orden conveniente todos los grados de lo bello y llegado, por último, al término de la iniciación, percibirá como un relámpago una belleza maravillosa, aquella ¡oh Sócrates!, que era objeto de todos sus trabajos anteriores; belleza eterna, increada e imperecedera, exenta de aumento y de disminución.

En el Fedón, Sócrates expresa la misma idea: "La locura de un hombre que, al ver la belleza aquí en la tierra, y al ser recordado de la belleza verdadera, se vuelve alado". Debemos entender por locura la manía divina, el éxtasis de procedencia divina, que llama al alma a la contemplación de lo mismo. San Agustín sin duda hace eco del mismo pasaje:  

Interroga a la belleza de la tierra, interroga a la belleza del mar, interroga a la belleza del aire que se dilata y se difunde, interroga a la belleza del cielo... interroga a todas estas realidades. Todas te responden: Ve, nosotras somos bellas. Su belleza es una profesión ("confessio"). Estas bellezas sujetas a cambio, ¿quién las ha hecho sino la Suma Belleza ("Pulcher"), no sujeta a cambio?" (Serm. 241,2)

Si habíamos empezado diciendo que existe una identidad entre la verdad, la belleza y el bien, podemos añadir al amor, en una relación de engendración mutua. Marsilio Ficino comenta al Banquete de Platón:

Y ese aspecto divino, o sea la belleza, en todas las cosas lo ha procreado el Amor, o sea el deseo de sí misma. Porque, si Dios atrae hacia sí al mundo, y el mundo es atraído por él, existe una cierta atracción continua entre Dios y el mundo, que de Dios comienza y se transmite al mundo, y finalmente termina en Dios, y como en círculo, retorna ahí de donde partió. Así que un solo círculo va desde Dios hacia el mundo y desde el mundo hacia Dios; y este círculo se llama de tres modos. En cuanto comienza en Dios y deleita, nómbrase belleza; en cuanto pasa al mundo y lo extasía, se llama Amor; y en cuanto, mientras vuelve a su Autor, a él enlaza su obra, se llama delectación.

Para concluir podemos decir que, en el caso de Dostoievski, la belleza salva al mundo, despertando una profunda compasión que es lo divino en lo humano y posibilitando una comunión con esa misma divinidad a través del éxtasis (que es un hacerse a un lado del individuo para dejar que irradie lo universal). En Platón la belleza es la salvación del individuo, del alma -aunque sin utilizar un lenguaje mesiánico, la belleza sí tiene una cualidad soteriológica. La belleza, que es en sí misma la naturaleza prístina del alma, inmanta al alma a sí misma, a su altura divina, ayudándole a despojarse de sus vehículos menores, incluso usándolos como trampolines hacia lo realmente significativo y verdadero (el erotismo utiliza el cuerpo y la atracción de la belleza como un imán para trascenderlo: en el amor físico buscamos también la inmortalidad, pero hasta que no nos establecemos en la inteligencia del alma, no comprendemos que la inmortalidad es una realidad espiritual). De aquí que la belleza, en ambos casos, esté en el centro del misterio existencial, sea inseparable de la manifestación de lo divino como mundo, y por lo tanto un recuerdo, una cuerda de regreso, un re-ligar hacia el estado de plenitud en el que lo trascendente se ecualiza con y actualiza en lo inmanente.

fuente:
http://pijamasurf.com/2017/06/platon_dostoievski_y_por_que_la_belleza_salvara_al_mundo/

jueves, 1 de junio de 2017

Metrópolis

Orígenes
Metrópolis

Del griego meter, madre y polis, ciudad. Estado o ciudad con relación a sus territorios exteriores. // Capital

Ejemplo: Francia fue metrópolis de Argelia

Rafael Vidac

Frase de Día